El Cáceres llegaba a Valladolid dispuesto a dar un golpe sobre la mesa y conseguir su segundo triunfo consecutivo en una cancha especialmente dura para los de Roberto Blanco. Algo que comenzaba a verse posible en un primer cuarto en el que los verdinegros se adelantaban y en el que volvió a destacar Vasileiadis. Pero las tornas iban a cambiar en un segundo tiempo en el que las imprecisiones permitían a los locales pasar por encima a los extremeños, que lograban recortar distancias para irse 42 a 35 al descanso.
Reaccionaba el Cáceres en el tercer cuarto, y lograba culminar una remontada que les permitía aumentar su ventaja en el inicio del que podría haber sido el último tiempo. Faltaban segundos para el final y los extremeños tenían la victoria en la mano, pero un triple con falta personal y unos últimos segundos de infarto llevaban el encuentro a la prórroga. Tiempo extra que no daría respiro, pero que finalmente resolvían los pucelanos en el último minuto. Derrota que duele. Y es que la victoria estuvo muy cerca.
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