El pasado año se realizaron 158.000 operaciones de fincas rústicas en España y el campo se se está convirtiendo en un "activo refugio" para grandes grupos de inversión.
Así se pone de manifiesto en un informe de la plataforma Cocampo, dedicada a la venta y arrendamiento de fincas rústicas. "La agricultura se está profesionalizando cada vez más y son necesarias las economías de escala para incorporar tecnología que facilite la rentabilidad", asegura Regino Coca, fundador y CEO de Cocampo.
Desde su punto de vista, el interés de grandes inversores no debe ser incompatible con un modelo de agricultura familiar. En ese sentido, considera clave el papel de las cooperativas para ofrecer tecnología a los pequeños propietarios.
Coca señala que Extremadura es "especialmente atractiva" para los inversores porque tradicionalmente el precio de la tierra ha sido más barato y la región ofrece grandes extensiones de regadío.
Almendro, pistacho y olivar son tres de los cultivos que despiertan mayor interés para la compradores
