Con la entrada en vigor de la ley de eutanasia, desde este viernes aquellas personas mayores de edad que padezcan una enfermedad "crónica, grave, incurable e invalidante" y un sufrimiento físico o psíquico "constante e intolerable" pueden solicitar ayuda para morir.
Para ello, Gobierno y comunidades han acordado un protocolo médico para evaluar la situación de incapacidad de los pacientes que lo soliciten. Además se trabaja en un "Manual de buenas prácticas", en el que se recomendarán fármacos para que la ayuda a morir se preste de forma homogénea en todo el país.
Requisitos
Además de la mayoría de edad y de una enfermedad incurable, con un padecimiento grave y sin posibilidad de curación o mejoría, quienes soliciten la eutanasia tienen que demostrar que son plenamente conscientes de su solicitud. En caso de no serlo, la otra alternativa para acceder a esta prestación es que haya sido recogida previamente en un documento de voluntades anticipadas.
Protocolo
El protocolo a seguir parte de la base de que los solicitantes están en plenas facultades para solicitar la eutanasia. El primer paso es una entrevista personal, en la que el médico junto al paciente realizan un proceso deliberativo sobre su enfermedad, los posibles resultados de las alternativas terapéuticas, así como sobre los cuidados paliativos. En este paso, también es responsabilidad del facultativo valorar la capacidad de compresión y razonamiento por parte del paciente, para asegurarse que no está mal informado.

En caso de que el médico tenga dudas, tras esa primera entrevista, entonces, podrá consultar con un "médico consultor" si se cumplen las condiciones para aceptar la solicitud de eutanasia. También podrá hacerlo con otros especialistas. En cualquier caso, en cada comunidad autónoma, una Comisión de Garantías y Evaluación, formada por médicos y juristas, se encargará de vigilar de forma previa que se cumplen todos los requisitos. Todos estos trámites conllevan una serie de plazos antes del informe final con la resolución favorable o desfavorable. Un informe, no obstante, que puede ser recurrido judicialmente.
Proceso de Eutanasia
El paciente puede elegir si quiere recibir la ayuda para morir en el hospital o en su casas, pero en ambos casos, deberá estar asistido por profesionales sanitarios "hasta el momento de su muerte". Del mismo modo, deberá facilitarse que esté acompañado por sus familiares. No obstante, aquellos profesionales que no estén de acuerdo podrán acogerse a la objeción de conciencia.

Valoraciones
Para la asociación "Derecho a Morir Dignamente" esta ley supone un gran avance para nuestra sociedad. Aseguran que evitará la toma de otras decisiones entre los enfermos que se pueden beneficiar de ella. "El gran avance es que por primera vez una muerte voluntaria no tiene que ser violenta y en soledad, sino acompañada y asistida", explica Fernando Marín, médico y presidente de esta asociación.
"El gran avance es que por primera vez una muerte voluntaria no tiene que ser violenta y en soledad"
Además, asegura que el 80% de las personas que se ajusten a los requisitos contemplados en la ley, optarán por la eutanasia. "No están eligiendo entre vivir o morir, sino entre morir de una forma o de otra", explica.
Sin embargo, los médicos manifiestan su enfado porque no se ha contado con ellos para elaborar esta ley. No se oponen a ella, pero consideran que se ha empezado la casa por le tejado, porque no se cuenta con una buena norma sobre cuidados paliativos. "Antes de sacar una ley de eutanasia, deberíamos tener una ley antisufrimiento, una ley de cuidados paliativos, porque lo que tenemos es miedo a sufrir, no a morir", argumenta Pedro Hidalgo, presidente el Colegio de Médicos de Badajoz.
"Hemos empezado la casa por el tejado. Antes de una ley de eutanasia, deberíamos tener una buena ley de cuidados paliativos para frenar el sufrimiento"
"Hemos empezado la casa por el tejado. Si lo que queremos es no sufrir, atendamos el sufrimiento. Lo primero es controlar ese sufrimiento insoportable y después tomar otras decisiones". También añade Hidalgo que se puede contar con los médicos para hacer una buena ley de cuidados paliativos para que "el paciente llegue a pensarse si merece la pena morir o vivir sin sufrimiento". A su juicio esta es la gran cuestión.