5 Febrero 2021, 14:51
Actualizado 5 Febrero 2021, 14:54

En algunas pequeñas localidades sus vecinos tienen que desplazarse a otros municipios si quieren comprar productos frescos, ir al banco o echar gasolina a sus vehículos. Acciones ante las que piden flexibilidad para no ser sancionados por salir del municipio, ya que en la mayoría de los casos esos desplazamientos son difíciles de justificar, salvo cuando se regresa al municipio y ya se cuenta con un ticket de compra.

Es el caso, por ejemplo, del municipio pacense de Magacela. Allí no hay entidades financieras ni una gran variedad de productos en sus tiendas. Por eso, algunos de sus vecinos se desplazan hasta Don Benito o Villanueva de la Serena, las ciudades más próximas. No obstante, algunas familias se organizan para que solo uno de sus miembros realice el desplazamiento y compre todo lo que se necesite para el resto de la familia.

Se trata de una realidad que también conocen los vecinos de los municipios próximos a Mérida, como Trujillanos. En su término municipal no hay gasolinera, lo que obliga a sus vecinos a salir del pueblo para llenar el depósito de sus vehículos. Además, en sus tiendas no hay la misma variedad de productos que se pueden encontrar en algunos supermercados de la capital autonómica.

También se ven obligados a desplazarse, explica su alcalde, Francisco Javier García, aquellos que tienen alguna intolerancia alimentaria y  no encuentran los productos que necesitan en los comercios locales. Situaciones ante la que reclaman flexibilidad con el cierre perimetral, sobre todo cuando se puede justificar este tipo de desplazamientos con el ticket de compra.