20 Octubre 2021, 8:15
Actualizado 20 Octubre 2021, 13:43

Las obras de mantenimiento y conservación del Puente Lusitania de Mérida, adjudicadas a la empresa Retineo Ingeniería por un importe de 176.325 euros, comenzarán hoy miércoles y se alargarán durante 10 días.

Los objetivos de esta actuación son "mejorar la conservación del puente, proteger la estructura y lograr un mejor aprovechamiento de la vida útil de la misma, garantizar un tránsito seguro y eficiente y reforzar así la seguridad vial", según informa la Junta en nota de prensa.

Los trabajos de mejora contemplan actuaciones sobre los elementos estructurales, como la limpieza del hormigón para la eliminación de grafitis y suciedad. También se pintarán y limpiarán los elementos metálicos como el pretil y anclaje de tirantes, a los que se les aplicará un tratamiento de protección anticorrosión.

Puente de Lusitania en su primer día de obras
Puente de Lusitania en su primer día de obras


Asimismo, habrá actuaciones sobre los elementos funcionales, como la reposición de pavimentos en zonas peatonales, se acondicionarán los imbornales mediante su limpieza y se procederá a la restitución de las rejillas en los casos en los que sea necesario. Las barandillas se limpiarán y pintarán, además de recibir un tratamiento de protección anticorrosión.

¿Cómo afecta a peatones y conductores?

Los trabajos impedirán cruzar el puente a pie en determinados días y franjas horarias, según ha informado el Ayuntamiento emeritense.

Restricciones al tráfico rodado y peatonal provocadas por las obras
Restricciones al tráfico rodado y peatonal provocadas por las obras / Ayuntamiento de Mérida

Los coches también notarán las obras: se cortará un carril de lunes a viernes mientras duren esos trabajos.

Un puente vital para la ciudad

El Puente Lusitania, inaugurado en 1991, cuenta con 480 metros de longitud, para salvar el río Guadiana a su paso por Mérida. La infraestructura contó con una inversión de 1.200 millones de pesetas (7,2 millones de euros). Con la construcción de esta infraestructura, que fusiona acero y hormigón, se eliminó el tráfico rodado en el Puente Romano.

El tablero de hormigón prefabricado está diseñado por un cajón central de 4,45 metros de canto y 6,6 metros de ancho. Unas alas sostienen los carriles exteriores para el tráfico rodado. Tiene un arco de 190 metros de acero del que cuelgan 23 pares de tirantes con ambos extremos en hormigón.

El puente se sustenta sobre seis pilotes de hormigón anclados en el lecho del río. Su anchura total es de 24 metros, tiene 53 metros de altura y su luz máxima de 190 metros.

Dispone de tres vías, una para cada sentido del tráfico rodado con dos carriles cada una de 3,5 metros de ancho y otra vía peatonal de 5,5 metros, que se encuentra en el medio, con una elevación de 1,5 metros sobre las primeras.