Emma tiene 7 años y cardiopatías congénitas que implican un alto riesgo mortal frente al coronavirus por lo que no ha podido ir al colegio desde que empezó la pandemia.
Lleva más de diez meses sin relacionarse con nadie que no sea su pequeño núcleo familiar y su profesora. Sólo puede salir al parque cuando no hay más niños y Zaira Martín, la madre, nota cómo esta situación afecta, cada día más, al estado físico y anímico de su hija. "Reacción normal a un aislamiento social tan prolongado y más tratándose de niños", explica la psicóloga infantil, Carmen Reviriego.
Ahora, Zaira se pregunta cuándo terminará el tedio de su hija y si en algún momento habrá una vacuna para ella, pero, lamentablemente, no hay solución a corto plazo. Desde el SES recuerdan que las actuales vacunas de Pfizer y Moderna tienen una edad mínima de 16 y 18 años respectivamente.
