Si no se pone solución, podría decirse que los pueblos rurales están en peligro de extinción. Hablar del medio rural es hablar de la despoblación, de la falta de servicios y de oportunidades. Para estas zonas, el turismo se convierte en una de las principales bazas de impulso económico, pero debe ir acompañado de mejoras en las comunicaciones y en los servicios públicos.
Servicios como la posibilidad de sacar dinero en efectivo, acceso a internet o comercios no están garantizados en muchos municipios. Una circunstancia que hace que año tras año nuestros pueblos pierdan habitantes. Si a la despoblación le sumamos el envejecimiento y la escasa natalidad, el futuro de municipios como Valverde de la Vera, Villar del Pedroso o Hervás, todos de la provincia de Cáceres, peligra.
Necesidades del mundo rural
Valverde de la Vera llegó a tener 1.500 vecinos a mediados del siglo pasado, ahora tiene 430 habitantes. Y 60% de los valverdanos son mayores de 70 años. A pesar de ello, Esperanza Mayero, alcaldesa de la localidad verata, es optimista. "En los dos de pandemia hemos recuperado turismo. Se están comprando casas, fincas y hay gente que se está quedando a vivir ya no como segunda residencia, sino durante todo el año".
En Hervás se mantiene la población. Cuenta con un importante porcentaje de población mayor, sin embargo, el número de niños y jóvenes también es abundante. Un hecho que para se alcaldesa "es garantía de futuro". Aunque para Patricia Valle es necesario ofrecer seguridad a los jóvenes: "A esas generaciones les tenemos que dar la oportunidad de poder decidir si se quedan en su tierra o emigran por propia decisión".
Otra de las demandas más importantes está relacionada con las comunicaciones. Muchas de las carreteras no se encuentran en un estado óptimo, lo que agrava la situación de pueblos como Villar del Pedroso. Se sitúa en alejado de la capital de provincia (Cáceres) y lejos de las principales vías de comunicación, y el estado de las carreteras que lo conecta con otras localidades es mejorable. Su alcalde, Óscar Fernández, confía en que las infraestructuras se vayan mejorando.
Otras de las grandes exigencias del mundo rural es la simplificación de la burocracia y proponer incentivos para atraer población y empresas al mundo rural. Para los alcaldes de estos municipios, esta sería una de las medidas que se deberían tomar para solventar el problema de la despoblación. Son conscientes de sus potenciales, pero también, de que el futuro de sus pueblos pasa por una profunda transformación. Solo así, será posible mantenerlos vivos.