5 Febrero 2021, 10:14
Actualizado 5 Febrero 2021, 10:14

¿Tiene sentido cerrar la frontera común cuando Portugal y España están confinados? Para los alcaldes de las zonas fronterizas es una medida ineficaz contra la pandemia que castiga a las economías locales. Por eso, reclaman la apertura de La Raya.

El cierre de la frontera entre España y Portugal -que el Gobierno del socialista António Costa define como control fronterizo- "no supone ningún beneficio para controlar la expansión del virus y constituye una pérdida muy fuerte para la economía de la zona", denuncia Antonio Machado, alcalde de Almeida.

"No supone ningún beneficio para controlar la expansión del virus y constituye una pérdida muy fuerte para la economía de la zona"

Machado, presidente de la eurociudad Puerta de Europa, que engloba además a su vecino portugués Vilar Formoso y a los municipios españoles de Ciudad Rodrigo y Fuentes de Oñoro, participó hoy en un encuentro de alcaldes de ambos lados de la frontera.

El encuentro, virtual, concluyó con la decisión de pedir una reunión urgente con el ministro luso de Administración Interna, Eduardo Cabrita, para exigir la apertura de La Raya, cerrada por Lisboa el pasado 31 de enero.

"El cierre de fronteras es inútil porque tanto en España como en Portugal está ya todo cerrado y apenas circulan los trabajadores", sostiene también el portugués Fernando Nogueira, alcalde de Cerveira y director de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Río Miño (AECT).

Como ocurrió en 2020, cuando Lisboa y Madrid cerraron la frontera común durante la primera ola de la pandemia entre marzo y julio, los alcaldes de las zonas fronterizas se rebelan.

Un golpe para la economía local

Los más activos contra el cierre son los alcaldes de la cuenca del Miño, que el pasado año se movilizaron hasta conseguir que se multiplicaran los pasos abiertos entre ambos países.

Por esta franja del norte portugués y el sur de Pontevedra cruzan 40.000 personas al día -6.000 de ellas trabajadores transfronterizos- y la mitad del transporte de mercancías que parte de Portugal.

"Tenemos que visibilizar la importancia de esta frontera", reivindica el vicedirector de la AECT Río Miño, el español Uxío Benítez.

La región tiene seis cruces que ahora Portugal ha limitado a dos: Valença-Tui, abierto 24 horas, y Monçao, abierto apenas dos horas.

El resultado son largas colas para cruzar, rodeos kilométricos para llegar a destino, retrasos en la entrega de mercancías, en la producción de las fábricas de la zona, cierre de comercios y un mazazo para la economía.

"Es un golpe social y económico para todos los municipios de la frontera hispanolusa", explica a Efe Pablo Rivera, de la eurociudad Chaves Verín.

"Ourense es la provincia con más kilómetros de frontera con Portugal pero solo cuenta con un único paso habilitado", denuncia, y "muchos trabajadores fronterizos que viven muy lejos de este paso y que cruzan la frontera diariamente, al cerrarse todos los pasos secundarios, tienen que hacer en ocasiones hasta 200 kilómetros".

Los alcaldes no se resignan. Piden que se abran todos los pasos con la vigilancia necesaria. "Los Estados no quieren hacer ese gasto y lo trasladan a los trabajadores transfronterizos", lamentaba hoy Benítez.

Separados por la frontera

"Es un auténtico drama, no puede definirse de otra manera. En el control de Chaves-Verín las colas son inmensas y las revisiones de documentación recuerdan a los años donde no había espacio Schengen, pensamos que esto nunca volvería a suceder", denuncia Rivera.

"Las colas son inmensas y las revisiones de documentación recuerdan a los años donde no había espacio Schengen"

El Gobierno portugués decidió el 31 de enero blindar su frontera, cerrar colegios y endurecer el confinamiento en medio de un repunte sin precedentes de la pandemia, que dejó mas de 5.000 muertos en el país solo en el primer mes del año.

Los municipios se quejan de que no han sido escuchados y de que Costa no ha tomado nota del impacto económico que supuso el cierre del pasado año.

Pese al repunte de la pandemia, las poblaciones fronterizas no apoyan el cierre. "Ya había cierres perimetrales en todas las comunidades autónomas fronterizas que impedían entrar y salir", insiste el director de Chaves-Verín.

"Los municipios fronterizos tienen tasas de contagio o muy bajas o controladas, no es la región de Lisboa"

El Gobierno portugués "no aprendió nada", denunciaba Fernando Nogueira tras el nuevo cierre.

Rivera coincide: "En las fronteras se dan una serie de condicionantes muy alejados del conocimiento que tienen en Lisboa, donde está el gran foco de contagio. Los municipios fronterizos tienen tasas de contagio o muy bajas o controladas, no es la región de Lisboa".

Y no se trata solo de economía. El cierre, subraya, "bloquea también el sentimiento de convivencia que existe entre estas ciudades fronterizas".