8 Julio 2022, 14:42
Actualizado 8 Julio 2022, 14:42

Acaba una campaña del cereal de invierno que en nuestra región se ha caracterizado por ser muy irregular. El trigo ha sido el más perjudicado por la sequía con una gran bajada de su rendimiento por hectárea, la mitad o más, mientras que hay zonas en las que la cebada y la avena han mejorado sus cantidades finales.

El maíz apenas se ha plantado y el centeno es un cultivo que se ha ido abandonando desde hace ya unos cuantos años. La gran subida de los insumos desde el pasado otoño estaba siendo, en gran parte, enjugada por unos precios razonables que recibía el agricultor debido al conflicto ucraniano. 

Sin embargo, ese país ha empezado a poder exportar grano a Europa a través de los puertos de Turquía. Un movimiento que, según el responsable de la sectorial de cultivos herbáceos de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura, Antonio Soto, "ha paralizado las acciones de los operadores y va a empujar los precios a la baja".

 

Ni trigo... ni girasol

La irregularidad en la campaña cerealista de este año se nota en las 204.000 hectáreas que se habrían cultivado y que produjeron unas 500.000 toneladas. José Rodríguez de Sanabria tiene su explotación en la Campiña Sur, entre Azuaga y Maguilla. Ratifica el mal año del trigo pues él ha recogido la mitad que la temporada pasada.

Hizo caso a la UE, que animó a muchos agricultores a que plantaran girasol en el 5 % de los terrenos de barbecho, para amortiguar la ausencia de esa oleaginosa por la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, la falta de lluvias diezmó el trigo y secó el poco girasol que prosperó un mes después. José entiende que "ha sido un fracaso y no va valer la pena ni recogerlo".

En Extremadura se suelen cultivar unas 204.000 hectáreas de trigo duro, blanco, cebada, avena y triticale. La campaña está casi terminada y sólo quedan las zonas más tardías de la Campiña Sur. En total, se podrían llegar a las 500.000 toneladas, pero la cosecha ha sido muy irregular. El trigo fue muy mal. Algo mejor la cebada y la avena por las lluvias de abril y si, hasta ahora, los precios acompañaban, la llegada de cereal de Ucrania a Europa reducirán esas cotizaciones.

Pepe Rodríguez de Sanabria tiene su explotación entre Azuaga y Maguilla y ratifica este mal año del trigo. La falta de lluvia ha hecho mucho daño, ha recogido la mitad y de lo perdido, no se hace cargo el seguro integral. Este agricultor también plantó girasol en unas 60 hectáreas, animado por la Unión Europea, y al mes se le secó. Ha sido un auténtico fracaso y ni lo va a recoger.

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