Cuando ya tienen un poco de confianza, se ríen abiertamente. Es la mejor compensación que reciben las familias que los acogen. Mohamed y Juta repiten familia, en Mérida. Tienen 12 y 13 años, y aquí saben que, simplemente, los van a cuidar. Y es que, con la crisis, las familias de acogida han disminuido, pero más de 150 se mantienen y, como cada verano, reciben a los niños saharauis con espectación. Lo primero son las revisiones médicas. Mohamed tiene una malformación en el oido que debe cuidar.
Abadala, de 11 años vive en Don Benito, en su familia tiene tres hermanas para compartir juegos y aprendizaje. Hoy las hemos visto dando un paseo. Su madre tiene muy claro que con la convivencia todos se enriquecen en valores.
En Villanueva, hemos estado con Lamat, de 10 años, es su tercer verano con Encarni, su madre de acogida. Aquí continúa aprendiendo español y disfruta de dos meses de cuidados. Este año serán más de 180 niños. Quedan por llegar una treintena.