22 Abril 2022, 20:00
Actualizado 22 Abril 2022, 21:07

El 21 de abril del  753 a.C. Rómulo, el hermano de Remo, fundó Roma. Lo hizo después de pelearse con él y asesinarle. Pero ese no es el único dato que pasa desapercibido en el mito de la fundación de la ciudad eterna que es, además, de una de las más preciosas del mundo, la cuna de nuestra civilización. Pasan desapercibidas también dos mujeres: la primera es la madre de los gemelos y  la segunda, la mujer que luego les crió.

La madre de Rómulo y Remo era Rea Silvia, la hija del rey Numitor, a quien su tío Amulio obligó a ser vestal para que no tuviera hijos y por tanto, él pudiera heredar el trono. Pero intervinieron los dioses, en este caso Marte, que se apareció en sueños a la princesa y la violó, en medio de un bosque. Desde entonces, a ella se le culpó por esa violación (Rea quiere decir culpable y Silvia tiene que ver con bosque, es decir: la culpable de ser violada en el bosque). Y culpable, además, de dar a luz a los gemelos. Esos gemelos, Rómulo y Remo, fueron arrojados al río Tíber por su tío Amulio ,que no se esperaba que sobrevivieran. Pero lo hicieron y llegaron a la otra orilla del Tíber donde según la leyenda, les amantó una loba.

A la loba la conocíamos pero a Rea Silvia no tanto. Como tampoco conocemos mucho a otra mujer sin la que Rómulo y Remo no habrían sobrevivido ni fundado nada. Loba aparte, fue Aca Larentia, la mujer de un pastor, quien realmente les crió. Era una prostituta, según cuenta Tito Livio, cuya teoría viene a decir que ella era, en realidad, quien luego nos contaron que era una loba. De hecho, en latín la palabra prostituta es lupa y los lupercales son los prostíbulos de la Antigua Roma (los habrán visto, si han ido a Pompeya). 

¿Borraron los romanos a dos mujeres, una madre biológica y una madre adoptiva, de la historia de la fundación de una de las ciudades más bellas del mundo? Sí, lo hicieron. A borrar a la mujer del planeta , pues, nos enseñaron también estos romanos. Lo de reivindicar las tetas, las mamas y las mujeres como hacedoras de humanidad y belleza nos toca ahora, cuando Roma cuenta ya 2.775 vueltas al sol y a ritmos eurovisivos. Ay mamá, paremos la ciudad.

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