Cuadros, muñecas de porcelana, y hasta frascos de medicamentos antiguos, todo eso y mucho más tiene Encarna en su casa de Salvaleón, con una habitación que es un auténtico museo. Además nos cuenta que su pasión es el estilo barroco, y aunque no ha estudiado nada relacionado nos cuenta que ha leído muchísimo.

Tiene 93 años y todavía sigue colocando la Santa Cruz en su casa para celebrar esta conocida festividad que es muy importante en Salvaleón. Nos enseña su bonito altar y nos explica que lleva sesenta años ininterrumpidos colocándolo. “Me casé de negro, porque estábamos de luto y nuestras madres no nos dejaban que fuéramos de blanco”, nos cuenta al ver la foto de su boda.

Pero es que María además es pintora; desde el noventa y ocho lleva haciendo cuadros y también hace punto de cruz, como hacía su madre, de quién conserva un cuadro hecho en 1913.

En una bicicleta antigua pero como nueva nos recibe en Salvaleón Juan Moreno, un técnico de sonido y radioaficionado muy especial. “En los ochenta me saqué un curso de electrónica y lo estoy aprovechando, nos cuenta” y es que a Juan le gusta todo lo antiguo, como la radio que recogió de un vertedero y que todavía funciona.

Pero es que además tiene un grupo de difusión en whatsapp donde prácticamente está todo el pueblo, con más de 1700 personas, donde informan de cosas como la desaparición de un perro, o cualquier información de servicio público.

Aunque parezca México, estamos en Salvaleón, tierra de agua bendita. Conoceremos por primera vez el balneario de "Las herrerías" y descubriremos a una de las hijas de su mentor, Encarna. Hasta aquí llegaremos para toparnos con Moreno, un artista de las fiestas y del reciclaje. Descubriremos cuanto debe pesar una loncha de jamón, y cual quería el corte perfecto. En éste pueblo son todos muy peliculeros y es que muchos vecinos sirvieron de extras para una película rodada integramente en el pueblo. Juan se vino de Suiza, a Madrid y de Madrid a su tierra para volver a sentir el calor de Salvaleón