El Extremadura ha puesto fin a su etapa de dos temporadas en el fútbol profesional. Un período que ha dado para mucho y que comenzó de manera complicada tras el cese de Juan Sabas en la jornada 13 y con el equipo en puestos de descensos.
El elegido para reconducir el camino de los azulgranas fue el catalán Rodri que tras un buen arranque fue despedido tras acumular seis partidos consecutivos sin conocer la victoria.
Una primera vuelta en la que los de Almendralejo cometían errores individuales de bulto que la categoría no perdonó. Tan solo los goles de Enric Gallego mantuvieron el objetivo de la permanencia con vida.
Al delantero le llovieron las novias y en enero puso rumbo a Huesca para hacer su debut en Primera División. Sin él en el equipo, llegó Manuel Mosquera, un icono del extinto CF Extremadura y tremendamente querido en la capital de Tierra de Barros.
Manuel lo cambió todo
El gallego calló de pie en la que considera su segunda casa y le cambió la mentalidad a un equipo que parecía destinado a volver a la categoría de bronce. Con él al mando, el Extremadura consiguió una salvación en la que pocos creían antes de su llegada. Una celebración que tuvo una dedicatoria especial para el exjugador José Antonio Reyes que falleció meses antes en un accidente de tráfico.
La temporada 2020-21 comenzó con la renovación de la plantilla y la llegada de algunos jugadores que llenaron de ilusión a 'la mano gigante'. Entre ellos, Nono, Pastrana, Pinchi, Álex López o Cristian Rodríguez.
Pero pronto la ilusión se transformó en pesimismo con la lucha por la presidencia entre Manuel Franganillo y la familia Oliver. Una situación que fue más protagonista que lo meramente deportivo durante varios meses.
En el mercado invernal, con el equipo luchando por el descenso llegó Álex Alegría para dotar de gol a un equipo que adolecía de ello. De nuevo, se podía creer en conseguir el objetivo.
Pero llegó el Covid y la competición se paró durante tres meses. Al reinicio, los azulgranas tenían que afrontar con una plantilla tremendamente justa once finales en las la liga demostró que no estaban al nivel del fútbol profesional.
Ahora toca luchar para devolver al Francisco de la Hera al fútbol profesional.
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