Los efectos de la falta de lluvias ya se nota en los eslabones que componen la cadena alimentaria. Así reduce cosechas en España y otros lugares del mundo, por lo que suben los precios de los artículos agroganaderos, desde que se recogen en el campo hasta que llegan a los mercados.
Algo que nota el consumidor al ir a la tienda. Los productores pueden eliminar intermediarios si se asocian, en una agricultura que debe encontrar un equilibrio entre las pequeñas explotaciones y la llegada de los grandes fondos de inversión. Además, la sequía generará tensiones en el reparto de un agua cada vez más escasa.
