A sus 77 años, y con una lavadora flamante y casi sin estrenar en casa, Avelina Martín sigue yendo a hacer la colada al charco.
"Aquí la ropa queda muy buena"
No es la única. En torno a la pila suele reunirse con otras vecinas, como Nicolasa y Angelines, que suben hasta allí a hacer lo mismo.
Y si, después de ellas, las nuevas generaciones dejan que muera esta costumbre de lavar a mano, al menos quedará el recuerdo gracias al mural de los artistas callejeros Pablo Salvaje y Álvaro Redondo.
Un homenaje a todas las lavanderas que, alguna vez, han soleado su ropa a los pies del castillo de Santibáñez el Alto.