Las orugas conocidas como procesionaria pueden ser muy peligrosas para nuestras mascotas por los pelitos de su exterior, que son urticantes porque están rellenas de sustancia tóxica. Van unas pegadas a otras y de ahí su nombre. En cada nido hay de 60 a 200 larvas de procesionaria y el pino es uno de los árboles más comunes en la región.
A las mascotas les resultan atractivas para jugar y en algunos casos algunos canes han perdido parte de la lengua. El desenlace dependerá de la premura que se tenga a la hora de acudir al veterinario. Ante la duda de si le han podido picar o no, lo más recomendables es acudir de urgencia al veterinario y nunca frotar la parte afectada. Chorro de agua y urgentemente al especialista.