Hasta 1.200 personas se quedaron sin hogar tras la riada de Badajoz de 1997. Personas como Patricia tuvieron que empezar una nueva vida en otros barrios de Badajoz porque a las suyas nunca más pudieron volver.
El recuerdo de aquella fatídica noche permanece aún a día de hoy y las memorias de todos y cada uno de los pasos que se dieron aquel día para intentar poner a salvo a sus familias sigue muy presente.