Antonio es un gran aficionado a la perdiz con reclamo, tiene este año 16 para usarlas en esta actividad. Algunos veteranos, pero también algunos pollos nuevos que espera que les dé buen resultado. Ya falta muy poco para que empiece la temporada, el 21 de enero. Cada maestrillo tiene su librillo, dice Antonio, y es que él no varía la alimentación de la perdiz. “Hay gente que lo hace, pero a mí no me gusta porque luego eso puede afectar al perdigón”, dice. Lo que sí hace es aumentar el consumo de proteínas en las épocas de reclamo. Es un gran aficionado que lleva cazando esta modalidad casi toda la vida y en esta época casi echa más horas con los perdigones que con los amigos o familia.

Faustino tiene 86 años y es uno de los últimos caleros de Cáceres. Su abuelo ya puso en marcha un horno de cal y después su padre. Tres generaciones de caleros. Trabajó en los hornos desde los 19 hasta los 30 años, y después se metió a carnicero. Con los hornos continuaron su padre y su hermano José unos años más. Faustino viene a contarnos cómo se cocía la cal morena, que se usaba para la construcción, y la cal blanca, para blanquear, en aquellos hornos. La industria de la cal era muy importante en Cáceres, de hecho este gremio da nombre a la calle Caleros, que aparece incluso en el Redoble Extremeño.

María José, conocida como Keka Ramírez por familiares y amigos es una mujer de 54 años que desde siempre quiso dedicarse a la moda. De joven lo intentó diseñando trajes de alta costura pero por avatares de la vida no tuvo esa suerte que se necesita para abrirse camino en el mundo de la moda. Aunque su vida fue por otro camino jamás ha dejado de diseñar, de hecho, sigue haciéndolo cada día. Ella no ha dejado en estos años de llamar a varias puertas, su proyecto era crear un taller en Zafra donde hay muy buenas patronistas. Le encantaría que sus diseños se convirtieran en trajes que desfilaran por las alfombras rojas de diferentes eventos. El proyecto se llama MJC Design Zafra.