Javier se enamoró de esta casa por su fachada. Trató de salvar lo que pudo, restaurando con sus propias manos puertas, lámparas y ventanas. Salvó incluso una claraboya azulgrana, pese a que es madridista

Recorrer este luminoso ático es la mejor manera de entender la filosofía del interiorista cacereño José Antonio Piris: La clase, el estilo y el gusto deben estar al alcance de todos los bolsillos. 

En Esta es mi casa seguimos descubriendo preciosas viviendas con mucha historia encima. Esta semana nos vamos hasta Sierra de Fuentes, adonde Antonio llegó desde Córdoba con su mujer y cinco hijos y encontró su hogar. Buscó una vida en el campo, compatible con su cátedra en la Facultad de Veterinaria, y por eso se construyó una casa de casi 500 metros cuadrados para toda la familia. ¿Se pueden restaurar instrumentos musicales... y casas? Ese es el caso de Javier, que compró hace 15 años una casa de fachada modernista en Fregenal de la Sierra y en la que aplica sus conocimientos de carpintería. Además de restaurar puertas ha sido director de instituto y es gran aficionado a la música. Conocemos su historia y la de su casa.

Y en Cáceres, José Antonio nos abre las puertas de su ático para demostrar que se puede tener estilo sin que afecte al bolsillo. Sus tres perritas compartirán protagonismo con este interiorista todoterreno. Para terminar, nos vamos hasta Plasencia, en pleno casco histórico. Allí Sergio ha rehabilitado su casa, como buen aparejador. El tesoro de su vivienda: la bodega, visible desde su despacho gracias a un gran cristal ubicado en el suelo.

Con Ana Carretero y Ramón Gato.

Esteban consiguió que su mujer Emilia viniera desde Valencia a Membrío por amor. Juntos tienen una casa en la plaza del pueblo, desde cuya ventana enrejada ella no duda en recibir a sus visitas vestida de valenciana. Con una voz privilegiada, que entona canciones en honor a la Virgen de Gracia, Emilia cuenta con orgullo que ella y Esteban han tenido el honor de ser padrinos de la patrona el día grande de las fiestas.

Manoli se casó en Membrío y, desde entonces, es devota de Nuestra Señora de Gracia, a la que está dedicada la Iglesia de la localidad y sus fiestas mayores. Cuando descubrió que la tradición de ponerse mantilla en honor a la Virgen corría peligro de desaparecer, embarcó a sus amigas y juntas crearon el grupo de las denominadas “mantilleras”, que cada Semana Santa y cada fiesta mayor, se ponen sus mejores galas para honrar a su patrona.

Ino y Kika son amigas, las dos nacieron en Membrío y a las dos les gusta sentarse en un banco al sol en la plaza y recomendar al visitante los lugares más bonitos de su pueblo. Casadas con pastores jubilados, llevan con orgullo que sus maridos cocinen las migas como nadie. En la Asociación de Mayores es donde se reúnen en torno a una buena comida y a charlar de sus recuerdos.

Esta tierra ganadera nos recibe con los brazos abiertos, para enseñarnos ganaderías de ovejas como las de Urbano, el antiguo arte de esquilar con tijera de Ángel o las ricas migas de pastor que hacían en el campo los hermanos Agustín y Faustino. Los membrilleros también mantienen vivo su folclore, el antiguo carnaval y las nuevas tradiciones festivas que vecinas como Rosa nos descubren. Entre sus acogedores vecinos, una valenciana enamorada de un extremeño nos cuenta su historia de amor por Esteban y por el pueblo, y Manoli nos habla del fervor que siente por su patrona. ¡Que viva el amor! ¿Estáis preparados para dejaros conquistar por Membrío?