Juan Francisco es conocido en la pedanía de Alonso de Ojeda con el apodo de “Burgos”. Es un grafitero que empezó a pintar por las calles y muros del pueblo a los 8 años. Ahora se ha ganado el respeto y cariño de sus vecinos que además le encargan que plasme sus trabajos en las paredes de sus casas.

En la pedanía de Casar de Miajadas, con algo más de 300 habitantes, vive Susana que a los 8 años empezó a acompañar a su madre cuando iba de cacería. Susana está muy orgullosa de su amor por el campo y su afición por la caza mayor.

Así se conoce a Maria en Miajadas, una mujer que se define como dulcera y muy cariñosa. A los 60 años decidió cumplir sus sueños y montar un negocio de dulces artesanales y hechos por mujeres rurales. Su última creación ha sido un dulce que ha bautizado como “Tomatitos de frutas”

Hasta Miajadas llegamos en busca de sus vecinos más emblemáticos, y de allí nos vamos cargados del entusiasmo que nos transmiten en sus pedanías: Casar de Miajadas y Alonso de Ojeda. Aquí nos recibe Susana, amante del campo y la caza, y la historia del primer habitante del pueblo nos deja boquiabiertos. Pero paseando por las calles de Miajadas, descubrimos las aficiones de las nuevas generaciones de miajadeños: el parkour o los bailes de Tik Tok. Y nos colamos en casas que guardan una bonita historia de amor. Del toque dulce se encarga María, que inventa una receta para nosotros, y de la despedida Burgos, un artista que ha inmortalizado nuestro paso por su pueblo de una forma muy especial. ¿Te vienes a descubrirlo?

Lleva casi todo ese tiempo vendiendo castañas asadas en la calle, concretamente en la Calle Santa Eulalia de Mérida. Hoy le acompañan sus hijos y familiares en Aljucén, una dedicación que tiene su punto más importante entre los meses de octubre a diciembre.

Los días previos al Día de los Difuntos, los campos santos se llenan de flores. Los vendedores de flores aprovechan sus mercadillos para poder conseguir más ganancias. Los claveles, crisantemos o margaritas son las flores más compradas.