En el extremo más occidental de la Sierra de San Pedro, en plena provincia de Cáceres, se abre un rincón auténtico de la dehesa extremeña. Allí se encuentra la finca Baldío Grande, un paraje que abraza el cauce del Tajo y se adentra en el Parque Natural Tajo Internacional. Un territorio agreste y lleno de vida, donde la naturaleza conserva su esencia más salvaje.
Entre encinares, jarales y profundos cortados comienza una nueva jornada de rececho. El objetivo no es sencillo: localizar al venado ibérico en su propio terreno, acercarse con sigilo y dejarse envolver por la intensidad de una caza que solo estos parajes son capaces de ofrecer. Aquí, cada paso y cada sonido forman parte de la experiencia.
Los venados de Baldío Grande son animales curtidos por el monte y moldeados por la frontera con Portugal. Se mueven libres por sierras y espesuras que los vuelven fuertes, astutos y resistentes. Durante la berrea, los grandes machos muestran todo su poder, y el rececho alcanza su momento más emocionante. Conseguir un venado en este entorno no es solo obtener un trofeo: es vivir una caza auténtica, exigente y profundamente natural.