Extremadura se alza como santuario de la caza menor, donde el tiempo se detiene, y cada jornada se convierte en una historia que arderá con emoción junto a la lumbre. Los cazadores no solo buscan abatir perdices, sino sentir el alma del campo, escuchar el silencio que precede a la muestra de sus perros y vivir la emoción cuando la perdiz roja rompe el aire con su vuelo salvaje. Cada disparo, cada muestra, cada cobro, es un verso en la eterna canción del cazador. Aquí, la caza es legado, pasión y comunión con la naturaleza.
Cazar perdices de vuelo fugaz exige más que puntería: requiere una perfecta sincronía con el perro, un encare rápido y natural, reflejos certeros y un disparo casi instintivo. No siempre se dispara cuando la pieza rompe, hay que saber cuándo esperar ese segundo preciso para acertar con elegancia y eficacia.
La caza del macho montés en esta región es una actividad que requiere gran destreza y conocimiento del terreno, ya que el animal se desplaza por zonas de difícil acceso y en altitudes que superan los 2.000 metros.
Cazarlo exige algo más que puntería. Exige paciencia, silencio, y el conocimiento íntimo del terreno. Cada jornada comienza cuando aún reina la oscuridad. Se parte al alba, con el corazón ligero y la mochila cargada, sabiendo que lo que espera no es solo un lance, sino un desafío al alma.
Durante horas, a veces durante días, se rastrean sus querencias. Se observa el viento, se escuchan las piedras. Se aguarda. Porque la espera forma parte del arte. Porque en esta caza, el éxito no está garantizado ni buscado con ansiedad. El verdadero cazador sabe cuándo disparar y cuándo no.
Y cuando finalmente aparece, se recorta su figura sobre la cresta, inmóvil como un dios antiguo todo se detiene. Hay algo sagrado en ese instante. Un silencio más hondo que el del propio monte. El macho observa desde lo alto, dueño del territorio, sabedor de que ha sido cazado mil veces y de que no siempre ha sido vencido.
Cita informativa con la actualidad extremeña más destacada.
Todo fue bien hasta el 9 de septiembre de 1941. Lunceford, que se dirigía de Pittsburgh a Columbus (Ohio), donde tenía que cumplir un compromiso, estrelló su nuevo avión en el campo de emergencias Cherry Ford, cerca de Winchester, en el condado de Adams (Ohio). El piloto, que todavía no tenía experiencia, se había salido de la ruta y se había quedado sin gasolina.
Con José Manuel Corrales.
Con motivo de las fiestas de San Blas, la Guardia Civil ha desplegado un dispositivo especial de seguridad ciudadana en Torreorgaz. El objetivo es garantizar el normal desarrollo de los festejos y preservar la convivencia vecinal. Durante el operativo se refuerza la vigilancia en zonas de concentración, prestando especial atención a conductas que puedan alterar el orden público.
El equipo de Cazadores de Lances se sube a las cimas de Gredos acompañando a cazadores que buscan los grandes trofeos de la emblemática cabra montés. Y terminamos en los riberos del río Tajo metidos en Monfragüe, donde un grupo de cazadores, con sus perros, buscarán la perdiz entre jarales y chaparras.
Los festejos populares continúan en la localidad cacereña de Vegaviana, donde se vive una fiesta taurina en una plaza de toros muy particular. Las cámaras de Tierra de toros estarán en la localidad para contar lo sucedido. Y Bodonal de la Sierra acogió una nueva clase práctica organizada por el Patronato de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz, veremos a los más jóvenes. Por otro lado, el maestro extremeño Emilio de Justo lidió una interesante corrida en Valladolid. Te ofrecemos un resumen de su actuación. Además, presentamos un resumen de los acontecimientos ocurridos en la Feria de San Isidro, con la participación destacada de los diestros extremeños y vemos cómo Javier Solís y Miguel Ángel Perera se preparan físicamente de una forma muy peculiar: entrenando boxeo.
Con Juan Bazaga.
Protagonistas, competiciones, aficiones y objetivos los siete días de la semana.
El Cacereño Femenino dice adiós al ascenso a Primera División tras perder 3-1 frente al Dux Logroño en tierras riojanas, lo que se une a la derrota de la ida. Las verdiblancas se vieron superadas desde el inicio por un rival que supo manejar el partido con eficacia.
Asenjo abrió el marcador para el Dux y, poco después, Sonia, ex del Cacereño, ampliaba la ventaja, dejando el 2-0 al descanso y a las extremeñas muy tocadas. En la segunda mitad, el conjunto dirigido por Ernesto Sánchez intentó reaccionar, pero nuevamente Sonia golpeó con el tercero.
Nora maquilló el resultado con un tanto en los minutos finales, pero ya era tarde.