Un nuevo espacio que ofrece una mirada distinta, curiosa y entretenida de nuestra tierra.

Con Sara Bravo y César Muñoz.

Con 1800 habitantes, Talavera La Vieja era el núcleo poblacional más importante de la zona en 1960, justo antes de su desaparición. Además conservaba un gran legado de su pasado romano, época en la que se la conocía como Augustobriga. Tras la creación del Pantano de Valdecañas, todas esas personas fueron evacuadas a distintos pueblos, y sus edificios, destruidos. Ahora todavía se pueden caminar por estas ruinas en los años en los que el pantano está muy bajo, adivinar el trazado de sus calles y sus plazas, e incluso observar la estructura de algunos edificios romanos como el Templo de la Cilla.

Crescencia, Loli e Isidra, así se llaman estas tres amigas de Bohonal de Ibor, que todavía se reúnen para recordar sus años trabajando en los campos de algodón que se situaban a las orillas del río Tajo, a unos diez kilómetros del pueblo. “No había horarios, llegábamos de noche, y había que ir y volver andando”, cuenta Crescencia. Los campos de algodón desaparecieron tras la creación del pantando de Valdecañas, pero ahora Crescencia ha sembrado una planta de algodón en la puerta de su casa para rememorar aquella época y dar a conocer a los más jóvenes lo especial de esta planta.

Sembrar, segar, separar el trigo de la paja y llevarlo a moler son algunas de las tareas para las que se necesitaban múltiples herramientas o “aperos”, muchos ya en desuso. Para que no queden en el olvido, Tomás los crea en miniatura Además, construye reproducciones de los edificios más emblemáticos de su pueblo en madera, como la iglesia o el templo romano de “Los Mármoles”, el cual ha intentado reproducir no solo en su estado actual, sino que ha conseguido hacer una reproducción de cómo fué construído en la época de Augustóbriga.

Muy cerca de Navalmoral y en pleno embalse de Valdecañas, nos encontramos Bohonal de Ibor, un pueblo con unos vecinos encantadores, como Tomás, que nos enseña sus maquetas, y a través de ellas nos relata el proceso de la siembra y recogida del grano. Yanitza es una venezolana muy divertida a la que conocen todos los bohonalos, y aunque se siente muy extremeña, le sigue encantando bailar salsa y merengue. También conocemos a Fausto, el hombre más longevo del pueblo, y a David, un chico joven profesional del turismo y estudioso de la historia, que nos lleva hasta las ruinas de Talavera La Vieja, donde podemos ver parte de cómo fue en su día esta localidad, ya inundada por el pantano, de la que se pudieron salvar algunos monumentos romanos. Kike y su madre nos hablan de su pasión por el folklore y los platos típicos y con ellos, cantando, despedimos el programa precisamente desde Los Mármoles, el templo romano rescatado de Talaverilla que ahora contempla con orgullo todo Bohonal de Ibor.

Divertido concurso de preguntas y respuestas para toda la familia.

Con Paco Vadillo.