Existen dos modalidades de caza al muflón, en montería y en rececho. En montería, es bastante complicado poder seleccionar un ejemplar y hacer blanco sobre él, ya que, los muflones al sentir las primeras ladras se juntan formando grandes pelotas que recorren la mancha de lado a lado. Por eso muchos cazadores eligen el rececho para hacerse con este trofeo. En esta modalidad, podremos tener tiempo de valorar adecuadamente el trofeo y tomar la decisión de disparar o esperar a encontrar otro que realmente satisfaga las expectativas del cazador.

En el rececho sólo intervienen el cazador y el guarda o guía. Las fuerzas, las estrategias, la vista y puntería serán las claves que debe de tener todo cazador, para poder conseguir el muflón deseado.

El oído y el olfato de este animal son muy buenos siendo capaces de localizarnos a grandes distancias, por lo que realizar las entradas con el aire a favor será del todo imprescindible y caminar procurando siempre taparse con la vegetación.

El equipo de Cazadores Lances se va a los pies de Gredos buscando la aventura y la experiencia de la caza a rececho de un gran muflón. Y terminamos, acompañando a cuatro mujeres cazadoras relacionadas con los medios de comunicación. Estaremos con ellas en una jornada de caza al salto con perro, en busca de la perdiz y el conejo.

Mari Luz lleva cosiendo desde que dejó el colegio a los 13 años. Ella se considera una bordadora nata, conoce varias técnicas de bordado y aunque intenta adaptarse a las nuevas tecnologías porque tiene una máquina de bordado que se conecta al ordenador portátil para enviar los diseños, a ella lo que más le gusta es bordar en su antigua máquina de siempre. Cuando Mari Luz entra en su habitación taller, pone la radio y se olvida de todo. Sus bordados folclóricos son de una gran labor y belleza.

Jacinta es la responsable de la Hermandad de la Ermita de la Virgen de la Jara, una imagen única en la región. Esta virgen tiene la peculiaridad de portar al niño Jesús en el brazo derecho, cosa que es poco habitual. Jacinta nos explica como la leyenda cuenta sobre la construcción de la ermita, que por alguna extraña razón hacía que las herramientas de los albañiles siempre aparecieran sobre una laguna.

La conocida como Fuente de los Amores de Ibahernando, situada en la ruta de “Los Tesoritos”, tiene una historia curiosa y entrañable que nos va a contar Ana. Su abuelo Florentino le contó a su padre la existencia de dicha fuente, a dónde iban las lavanderas a lavar, y los mozos del pueblo a rondarles. La fuente desapareció en la memoria del pueblo, hasta que su padre se propuso buscarla. Tras años de búsqueda, José Antonio, encontró el lugar siguiendo unas huellas de un jabalí y éste decidió quitar las zarzas que rodeaban la fuente y construir un pequeño pilar a escondidas de los vecinos. Ahora es uno de los puntos más visitados del pueblo y lugar de paso para los componentes de la asociación senderista “Trotalindes”.

A sólo 16 kilómetros de Trujillo nos encontramos este pueblo con mucha historia y personajes ilustres, como el escritor Javier Cercas. Aquí son devotos de la Virgen de la Jara, única en Extremadura, y en su ermita, conocemos a un grupo de feligreses que nos ca ntan el himno dedicado a su patrona. Visitamos una tienda de antigüedades y conocemos a Enrique, antiguo carpintero, que nos enseña l as preciosas piezas que hace con su torno. También conocemos a Manolo, que junto a su compañero Tinín, nos interpretan una canción al ritmo de sus panderetas, instrumento típico de este pueblo. Los jóvenes Iván y Pedro nos enseñan su ganado, compuesto de chotos, cabras y cinco preciosos burros blancos. También en plena sierra descubrimos la “Fuente de los Amores”, un lugar especial para los Santamaría. Y terminamos divirtiéndonos aprendiendo el tradicional juego de la herradura.