Segunda jornada de batida por la zona de "El Pico" en el río Guadiana en Badajoz para intentar localizar a Pablo Sierra.
Desde esta mañana, sobre las 9, los buzos de los GEO vuelven a peinar la zona. Han seguido rastreando la zona donde comenzaron a buscar este martes y en la que se encontró el teléfono del joven. Hoy, además, la búsqueda se ha trasladado, también, a la zona de la desembocadura del Rivillas en el Guadiana. Un área de poco menos de un kilómetro.
Los investigadores analizan las orillas con las pértigas, en busca de Pablo o de cualquier indicio o pista que pueda ser relevante para determinar su paredero.
Este miércoles, además, se han incorporado a la batida la Unidad Canina de la Policía Nacional, con base en la comisaría de seguridad ciudadana de Madrid, y especializados en la búsqueda de personas desaparecidas.
Uno de los perros ha rastreado junto a los agentes en la barca que recorre el río y otro lo ha hecho por tierra.
Un dispositivo de búsqueda ordenado por la Policía Judicial y que se prolongará durante todo la jornada de hoy y, previsiblemente, también mañana.
El móvil de Pablo, pieza clave en la investigación
Doce días después de la desaparición de Pablo Sierra hay una cosa clara: el móvil del joven encierra todas las incógnitas sobre qué le pudo ocurrir. Así lo resalta el periodista experto en ciberseguridad Francisco Canals.
En una entrevista en Canal Extremadura, este experto asegura que el teléfono del joven es la caja negra de la investigación: "que el móvil haya aparecido en un zona agreste pero a la vista de los transeúntes y que estuviese encendido facilita mucho la investigación", explica.
Para Canals, los avances tecnológicos estarán permitiendo a los agentes de la policía "acotar y reducir mucho el coto de las investigaciones". También recabar datos sobre el comportamiento de Pablo durante su desaparición, si le acompañaba alguien en ese momento y si su ruta, por ejemplo, se desvió en algún punto respecto a la que utilizaba habitualmente para regresar a su residencia.
El móvil de Pablo, la caja negra de la investigación
