2 Octubre 2023, 8:46
Actualizado 2 Octubre 2023, 08:46

Este lunes comienza en la Audiencia Provincial de Cáceres el juicio por el crimen de Logrosán. Durará tres días, hasta el miércoles. Se juzga la muerte, por apuñalamiento con una navaja, de un joven en esa localidad el 2 de noviembre 2019. Los acusados, una madre y un hijo, podrían enfrentarse a penas de 22 años de cárcel. 

En principio, el caso debería haberse juzgado la semana del 14 al 19 de mayo, pero hubo que aplazarlo a causa de la huelga de funcionarios de la Administración de Justicia. El juicio será con juzgado popular, como es habitual cuando se trata de un homicidio.

En su escrito de acusación, la Fiscalía asegura que los dos encausados se pusieron de acuerdo para acabar con la vida de la víctima. El Ministerio Fiscal pretende utilizar diferentes medios de prueba en el juicio, incluyendo el interrogatorio de los acusados, testimonios de numerosas personas y pruebas periciales. Solicita para los acusados 22 años de prisión por un delito de asesinato. Y les reclama, además, 240.000 euros en total de indemnización a los padres de Óscar en concepto de responsabilidad civil.

La acusación eleva a 25 año, su petición de pena, al entender que en ese asesinato concurrió la agravante de alevosía.

 

Los hechos

Todo ocurrió junto al bar Capitol de la localidad cacereña. Allí apareció el cuerpo sin vida de Óscar Gómez, un joven mecánico de 32 años. Unos restos de sangre dieron a la Guardia Civil pistas de donde comenzó la reyerta que terminó en tragedia. 

Según el escrito de la acusación pública, a las tres y media de la madrugada del 2 de noviembre de 2019 la madre y el hijo estaban en el bar Capitol de Logrosán, que regentaba el hijo.

Él recibió entonces la llamada de un amigo que aseguraba que se acaba de encontrar cerca del bar a la víctima, y que le confesó que había avisado a la Guardia Civil de que en el bar Capitol se vendía droga.

El hijo se lo dijo a la madre y los dos decidieron ir a buscar a quien les había acusado. Lo encontraron muy cerca del bar, notando que estaba afectado por el consumo de alcohol, cocaína y cannabis.

El escrito de la Fiscalía asegura que aprovecharon su estado para matarle con una navaja que llevaba el hijo en una riñonera. Según la acusación, la madre sujetó a la víctima y el hijo le dio dos puñaladas, sin posibilidad de defensa por parte del agredido, debido al estado en el que se encontraba.

Una puñalada fue en el tórax y la otra en el hombro izquierdo. La víctima del crimen anduvo unos metros hasta que se derrumbó en el suelo, donde falleció a causa de un «shock» hemorrágico hipovolémico. El arma del crimen no ha podido ser hallada.

La madre del fallecido declaró que unos días antes del crimen que el acusado le había enseñado unas balas diciendo que eran para su hijo. Tras ser detenido, reconoció que había causado la muerte del joven mecánico.

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