El Vicente Sanz no acabó contento con la actuación del Don Benito ante el San Roque de Lepe (0-0). Un partido con una pobre primera mitad, al menos en lo referente a ocasiones, de ambos equipos.

Las continuas interrupciones y la falta de fluidez en los metros finales fue la tónica general del primer tramo de partido. Fue en los minutos previos al descanso, cuando los calabazones elevaron su nivel y se quedaron cerca de abrir la lata por medio del capitán Gonzalo.

En la segunda mitad, el San Roque de Lepe aprovechó el ambiente de nerviosismo que se fue instalando poco a poco en el feudo local. A pesar de ello, Lamarca estrelló un balón al palo tras aprovechar un error garrafal del meta visitante.

El cuadro andaluz también tuvo sus ocasiones para adelantarse pero apareció un gran Sebas Gil para desbaratar cualquier opción. En los últimos instantes del encuentro, más con corazón que cabeza, los de Juan Carlos Gómez buscaron un gol que no terminó llegando y los aficionados despidieron al equipo con una pitada.

En un estadio histórico y ante un ambiente de otra categoría, el Badajoz demostró su personalidad. No se arrugó, fue valiente, y lo demostró desde el minuto uno.

El trio atacante formado por Sergio Benito, Zelu y David Concha fue indetectable para la defensa deportivista. Los pacenses merecieron ponerse por delante pero fue el Dépor el que no perdonó. Alberto Quiles remató a placer un gran centro servido desde la izquierda por Héctor Hernández. Con el 1-0 se llegó al descanso. 

La segunda mitad fue un monólogo del Badajoz hasta el punto de que Ian Mackay se convirtió en la gran figura del partido. La falta de puntería y las paradas del meta local evitaron que los pacenses consiguieran un premio que merecieron de inicio a fin.

En el partido con mejores sensaciones de lo que va de campaña, los de Óscar Cano no consiguieron puntuar. El próximo fin de semana, visitan al Real Unión de Irún.
 

Trascurrido un breve periodo desde que salió del club, Gio Zarfino ha querido estar hoy con nosotros para despedirse de su afición azulgrana y de una localidad como Almendralejo, que también considera su casa.

"El Extremadura me lo ha dado todo. Tengo grandes recuerdos del club y de Almendralejo. Me llevo lo mejor", señala el centrocampista uruguayo.

Zarfino regresó este verano al club azulgrana tras su paso como cedido en el Tenerife en Segunda División. Hace unas semanas, abandonó la entidad almendralejense para recalar en el Alcorcón. 

"La situación que están viviendo los jugadores es algo que no le deseo a nadie", afirma. Y es que, pese a su breve estancia en el club en el periodo veraniego, ha vivido con sufrimiento los problemas extradeportivos que atraviesa la entidad.

El uruguayo ha querido mandarle un cariñoso mensaje a la afición de Almendralejo y ha señalado que la afición azulgrana es el mayor tesoro que tiene el club.