Hoy queremos presentarles a alguien muy especial: Manuel. Manuel es un niño cariñoso, lleno de amor y sensibilidad. No habla, pero se expresa a través de la música. Su madre, quien ha sido su voz y su mayor apoyo, recuerda con emoción el momento en que notó que su hijo no era como los demás:

"Nunca se acepta, o por lo menos yo, pero aprendes a convivir con ello. Yo dejé de ser yo para ser él, yo soy su voz".

Desde que nació prematuro a los siete meses y le diagnosticaron autismo a los 18 meses, su vida ha estado marcada por terapias constantes: fisioterapia, terapia ocupacional y apoyo diario.

A pesar de las dificultades, pues necesita ayuda para comer, vestirse y hasta dibujar. Manuel ha encontrado felicidad en cosas simples:

"El agua es lo que más le gusta. Tiene sus gallinas, sus palomas, sus perros, y es donde más disfruta él".

Una llamada a la empatía y al apoyo

En el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, su historia es un reflejo de la realidad de muchas familias que, más allá de los desafíos, buscan inclusión, comprensión y apoyo.

"No todos tenemos el mismo desarrollo, pero como personas sí somos todos iguales".

Los familiares de niños con autismo piden que la sociedad empatice con ellos, que dejen de recibir miradas y comentarios que duelen, y que el mundo sea un espacio donde sus hijos puedan crecer sin barreras. Porque aunque Manuel no utilice palabras, su mirada y su corazón hablan por él.