El Pachón Navarro es un trotador estricto, de marcha vivaz, de progresión horizontal, con ritmo alegre y constante. La cabeza y el cuello componen una línea horizontal, que bascula con arreglo a las necesidades de la caza, elevándola para ventear o bajando el hocico hasta el suelo para rastrear. El movimiento y el andar del perro dependen del terreno a batir: en terreno abierto, sin obstáculos, progresa con más rapidez, paso más ligero y pujante, sin abandonar el trote, aunque sea más largo.
Estos perros tienen la cualidad de aprender en breve tiempo las pautas de la caza, como son los cobros de perdices abatidas lejos, sin visualizar la caída. Otras de sus principales aptitudes, son las de un perro de muestra integral, de búsqueda segura, la proximidad de cazar cerca de la escopeta, en cualquier terreno y cualquier tipo de caza.
La caza más efectiva del jabalí se realiza en la modalidad de la montería, caza ancestral donde perros entrenados para detectar su presencia, con la valentía de acosarlo para moverlos de sus refugios y agarrarlos en sus huidas son los que entran es su territorio más abrupto de vegetación para provocar su salida a zonas más limpias y poder tener el lance de cazarlo, siempre que la astucia del jabalí y sus sentidos no le den la opción de escapar.
La huida del jabalí no es una decisión tomada al azar, los caminos que toma en su fuga están predeterminados por su instinto y sus desarrollados sentidos del oído, y del olfato, no corren aventuradas sin saber por donde trasiega su escapada, van a zonas más silenciosas y sin olores extraños, pero para eso está el gestor de caza, para contratar perros buenos de rehalas y poner los puestos en lugares estratégicos para poder abatir a estos astutos y esquivos animales.
Cita informativa con la actualidad extremeña más destacada.
Cuando Jimmie Lunceford le envió un telegrama a Gerald Wilson, entonces de veinte años de edad, pidiéndole que sustituyera a Sy Oliver, el joven trompetista tuvo que pensárselo dos veces. Le gustaba su trabajo en la banda de Chick Carter, pero cuando se enteró de que esta banda estaba a punto de disolverse, volvió a llamar y aceptó el trabajo.
Con José Manuel Corrales.