Guille está como un niño con juguetes nuevos. Y es que un amigo le ha prestado un pequeño dron para que vaya practicando el vuelo en la huerta. Chabeli, nuestra pastora de Manchita, nos hablará sobre los borregos de campo. Estos ejemplares se desarrollan en plena naturaleza y se alimentan de hierba, no de pienso, por lo tanto, su crianza supone un ahorro para nuestra ganadera. La paridera de ovejas de Verónica continúa, aunque no siempre de la manera esperada, ya que una de sus mejores ovejas lecheras ha rechazado a uno de sus dos borregos, y no le deja mamar ni acercarse a ella. Y conocemos a Lomo, el ojito derecho de nuestra vaquera María. Es una mezcla de cerdo y jabalí y llegó a su vida por casualidad, aunque ha tardado muy poco tiempo en convertirse en uno más de la familia.

En plena sierra, una gran piara de ovejas pastan en esta época junto a sus borregos. Chabeli, nuestra pastora de Manchita, nos hablará sobre los borregos de campo. Estos ejemplares se desarrollan en plena naturaleza y se alimentan de hierba, no de pienso, por lo tanto, su crianza supone un ahorro para nuestra ganadera.

La paridera de ovejas de Verónica continua, aunque no siempre de la manera esperada, ya que una de sus mejores ovejas lecheras ha rechazado a uno de sus dos borregos, y no le deja mamar ni acercarse a ella. Para sacarlo adelante, nuestra ganadera y sus hijos, tienen que sujetar a la madre, para evitar que la otra borrega, que ha tenido mejor suerte, no se beba toda la leche.

Guille está como un niño con juguetes nuevos. Y es que un amigo le ha prestado un pequeño dron para que vaya practicando el vuelo en la huerta. El control del vuelo no se le da nada mal y ya va haciendo sus pinitos como piloto.

El ojito derecho de nuestra vaquera María se llama Lomo, es un mezcla de cerdo y jabalí y llegó a su vida por casualidad, aunque ha tardado muy poco tiempo en convertirse en uno más de la familia. Hoy nos lo presenta en su estado natural: rodeado de vacas y perros.

En Santa Amalia hemos encontrado a dos carpinteros que llevan treinta años detrás de los decorados de muchas de las obras de teatro de la región. Y otra pareja que lleva Extremadura por bandera son “los Julianes”. Así es como se les conoce a estos dos artesanos que han llevado su pasión por la costura y el folklore de Serrejón al mundo. Nunca es tarde para aprender a cocinar, y en la escuela profesional de Alconchel lo tienen clarísimo. 15 alumnos que aspiran a dominar la cocina extremeña y convertirla en pasión y futuro trabajo. Y hoy vamos a conocer la hospedería de Garrovillas de Alconétar. Un antiguo palacio que ha sido testigo de la historia del pueblo y que continúa siéndolo gracias a sus huéspedes.

Con Isa Casilda.