Este 9 de noviembre se conmemora el Día contra la Silicosis. Es la fecha de nacimiento del neumólogo italiano Achille Visconti, que en 1871 fue el primero en utilizar esa palabra para designar a esta enfermedad de las vías respiratorias, que es irreversible y que puede causar la muerte. De hecho, una directiva emitida por el Parlamento Europeo en 2017 confirmaba pruebas de que el polvo respirable de sílice cristalina es cancerígeno.
La silicosis se contrae por la inhalación de micropartículas de ese polvo, al que están expuestas 5,3 millones de personas en toda la Unión Europea. Se estima que de ellas más de un millón de ellas residen en España. No existen cifras oficiales de afectados, pero quienes trabajan en el sector de la piedra aseguran que si se llevasen a cabo pruebas de detección aflorarían muchos más casos de los que en este momento hay diagnosticados.
Quintana de la Serena, epicentro extremeño de la silicosis
En nuestra comunidad autónoma, hablar de silicosis es hablar de Quintana de la Serena. En ese municipio pacense, del que son conocidas su canteras de granito, se estima que el número de afectados por esta dolencia respiratoria ronda los 400. El asunto tiene una vertiente legal, porque es frecuente que se produzcan problemas para que se la reconozca como enfermedad profesional.
Es frecuente que haya problemas para reconocer la silicosis como enfermedad profesional
En este sentido, hay una decisión judicial que marcó un antes y un después: hace dos años, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid reconoció la incapacidad permanente por exposición al polvo de sílice a un montador de paneles de pladur. Ello sentó un precedente legal... pero aún así, todavía hay dificultades para establecer los grados de discapacidad por silicosis y las decisiones en el ámbito laboral que cada uno de ellos llevan aparejadas.
Los marmolistas alertan de aglomerados de cuarzo con altos niveles de polvo de sílice
En Canal Extremadura Radio, el presidente de la Asociación Extremeña de Marmolistas, Juan Antonio Mansilla, ha pedido que la incapacidad por silicosis se conceda tan pronto como se detecta la enfermedad, con independencia del grado que se haya diagnosticado. Con este Día contra la Silicosis se busca concienciar a la población sobre sus efectos adversos, pero también fomentar la utilización de materiales alternativos en la construcción: por ejemplo el mármol o la piedra natural, que son más seguros y ecológicos; u otros cuyo contenido en sílice sea muy reducido.
Hablamos de una dolencia que aqueja a los mineros, a los canteros, y últimamente también a los marmoleros. El motivo es que, a lo largo de las dos últimas décadas, ha ganado presencia el uso de un aglomerado del cuarzo que resulta particularmente peligroso. En relación con ese compuesto, Mansilla advierte, no en vano, de que en las marmolerías lo peor está todavía por llegar. Por eso el colectivo al que representa viene pidiendo que se proceda a la retirada de los materiales que tengan altos niveles de polvo de sílice, tal y como en su momento se hizo con el amianto.
Adecuar los talleres para reducir el riesgo
Reclaman además que en los talleres en los que se corta la piedra se lleven a cabo adecuaciones para combatir ese polvo con las mayores garantías de seguridad, habida cuenta de que trabajar esos materiales al aire libre resulta complicado. De un tiempo a esta parte se viene utilizando más agua en esas tareas, para reducir la incidencia del polvo, pero esto implica más costes.
Por ello, solicitan a la Administración autonómica que implemente ayudas para facilitar la lucha contra el riesgo de silicosis que implica su trabajo. Esta enfermedad se clasifica en tres tipos, en función del nivel de sílice inhalado: crónica, acelerada y aguda. Suele manifestarse a través de problemas respiratorios, tos fuerte y debilidad. Y como en tantas otras patologías, un diagnóstico precoz es fundamental para que sus consecuencias no sean excesivamente graves.
