24 Agosto 2022, 21:18
Actualizado 24 Agosto 2022, 21:23

Ha pasado medio año de guerra en Ucrania. El conflicto obligó a miles de refugiados a recomponer su vida aquí, en Extremadura. Antes de la guerra vivían en la región unos 200, ahora la cifra se ha triplicado. A otros les tocó el papel de acoger a sus familiares, como el caso de Svetlana Kratchenko. Ella reside en Arroyo de San Serván desde hace 15 años.

Svetlana nació en Rivne, una pequeña población cerca de la frontera polaca que no se ha visto afectada por los bombardeos, a diferencia de Horójiv, donde vivía su hermana. En abril tuvo que venir a Extremadura junto a sus dos hijos para escapar del horror. Estuvo tres semanas y se volvió por trabajo, con la incertidumbre de que cada día cambiaba la situación.

Una división entre los dos pueblos

Svetlana sigue las informaciones que le llegan de su país con pesimismo y ve difícil que la situación pueda mejorar a corto plazo. Cree que el pueblo ucraniano "está muy dolorido, no puede perdonar esa cosa que ha hecho nuestro hermano, como llaman a los rusos". Y aún así conserva la esperanza de un futuro mejor para los suyos, con su patria siempre presente.

 


 

 

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Seis meses de guerra, seis meses con la vida más cara