6 Diciembre 2025, 12:04
Actualizado 6 Diciembre 2025, 13:47

En busca de nuevos pastos y durante 20 días, Diego es de los pocos ganaderos que aún conserva esta tradición que ya sus bisabuelos realizaban.

"Buscar la eterna primavera" 

Diego Torres González, ganadero trashumante:"El objetivo es, como decimos muchas veces, buscar la eterna primavera. En Ávila viene el invierno y la nieve, y aquí en otoño tenemos buenos pastos. Luego cogemos otra primavera en marzo y abril y nos volvemos ya buscando otra primavera que hay en junio y julio allí en Ávila."

Una primavera que, además de ofrecerles la mejor alimentación, también da a los animales un mayor descanso. Sobre este punto, añade: "Los animales no sufren el estrés de cargarlos, de moverlos. Y luego, sanitariamente, les damos pasto libre durante seis meses."

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Pero ellos no son los únicos que se benefician; también nuestra dehesa tiene mucho que agradecerles. El ganadero explica: "Tú imagínate todos estos animales moviendo semillas por Extremadura. De hecho, hay sitios en los que no quedaban encinas y ahora vuelve a haberlas gracias a este movimiento, porque se comen las bellotas y luego las van dejando más adelante"

"Es una manera de entender la vida" 

Y todo este esfuerzo lo viven con un orgullo que ya forma parte de su identidad. Joaquín Grajera, ganadero de Mérida: "Tenéis que tener en cuenta que lo que bajamos por el cordel no son vacas, es una manera de entender la vida, es una forma de decir que no nos rendimos."

Por eso, su deseo es más ayudas, más inversión y que no se pierda esta tradición. Extremadura apuesta por mantener la trashumancia a pie como medio de vida y garantizar el relevo generacional. La Junta ha aprobado ayudas, cada ganadero podría recibir hasta 5.000 euros dependiendo del número de cabezas de ganado que traslade  y el número de días que dure la trashumancia.