Los médicos, muchas veces, no se atreven a reconocerse como enfermos, porque piensan que les resta validez a nivel profesional. Pero los médicos también enferman. Un estudio elaborado por la Organización Médica Colegial alerta de que la mitad de los médicos jóvenes españoles sufren el síndrome del trabajador quemado.
Son síntomas que suceden progresivamente y que a menudo pasan desapercibidos, como cansancio o irritabilidad. El problema viene cuando se cronifican: agotamiento emocional, alteración de la percepción de la realidad o baja autoestima pueden acabar derivando en problemas físicos y psicológicos y un descenso del rendimiento laboral.
Aunque afecta a todos los médicos, los MIR se ven especialmente perjudicados. Se trata de los médicos residentes que trabajan al tiempo que se forman en una especialidad. Las especialidades que presentan mayor incidencia de estos síntomas son las quirúrgicas y las de atención hospitalaria urgente. El síndrome también está más presente en las mujeres.
Todo esto repercute en los pacientes y en la calidad de la atención que se les otorga, así como en la propia sostenibilidad del sistema sanitario público, ya que estos facultativos "quemados" son los que atienden mayoritariamente en urgencias o realizan guardias nocturnas.
«El agotamiento emocional y la falta de descanso se están convirtiendo en la norma en una generación llamada a sostener el sistema sanitario», advierten.
Se trata de la primera radiografía integral sobre el desgaste profesional de los médicos jóvenes y sus causas que durante tres años han elaborado los colegios profesionales con la participación de 1.400 de estos facultativos y que busca «romper el silencio en torno a la salud mental de los profesionales sanitarios».
El resultado del trastorno es que uno de cada cuatro médicos jóvenes han tenido que cogerse una baja laboral como consecuencia de su situación emocional, dos de cada tres padecen insomnio, cuatro de cada diez (38%) ha recurrido a estímulos como los ansiolíticos o alcohol para paliar su problema y hasta el 85% de ellos admite que tiene una disminución de la libido como consecuencia del fuerte desgaste emocional.
Por ello, piden garantizar los descansos tras las guardias, reforzar la tutorización de los residentes y hacer un reparto más equitativo de la carga asistencial. También potenciar el Paime, Programa de Atención Integral al Médico Enfermo, crear programas de bienestar psicológico y conciliación, con especial atención en las doctoras, y continuar monitorizando la evolución del problema.