Tres pantallas de televisión, una mesa en un despacho oval, cámaras y micrófonos son los principales elementos de la escenografía de 'Memorias de Adriano'. A priori puede chocar ver todos estos objetos en el teatro romano de Mérida, pero la directora Beatriz Jaén tenía claro que su propuesta iba a ser muy contemporánea y en ella encaja todo lo que se ve.
"Ella quería hacer un paralelismo entre Adriano y los políticos actuales y se me ocurrió hacer un despacho presidencial, en concreto, un despacho oval", explica Jose Novoa, encargado de la escenografía.
Ese despacho oval podría ser el escenario de cualquier político en la actualidad en el que también juegan un papel importante los asesores. En el montaje, Adriano se apoya en ellos para dar su gran discurso. Novoa se ha inspirado en el discurso de los políticos, que tiene mucho que ver con los medios, las televisiones, las cámaras y donde se construye un espacio teatral.
"Todo en un mitin es una escenografía, tanto para los que están dentro como para los que lo ven por televisión"
Durante la obra se proyectan imágenes en las pantallas. No es solo un elemento decorativo, es un recurso que se ha usado para viajar por la mente del emperador al hacer un repaso de sus memorias.
La minimalista escena sirve, además, de consulta médica, en la que Adriano cuenta que está al final de sus días por una grave enfermedad; y de fuente, un punto de encuentro con Antínoo, el joven del que se enamora perdidamente.
Este Adriano no lleva toga romana, viste de traje, con colores oscuros para que no se relacione con ningún partido político. Nídia Tusal, responsable de vestuario, ha tenido muy en cuenta esta premisa y se ha alejado de esos colores reconocibles: "Esto hace que este personaje sea universal y puede ser de cualquier parte del mundo".
Pero sí ha querido hacer un guiño al imperio romano y en algunos momentos el emperador luce una media túnica más moderna. "El patrón es el de las túnicas romanas o griegas, pero lo he hecho de sastrería masculina actual, de lana fría italiana, y la he abrochado con un cinturón. Eso puede tener varias connotaciones. Puede ser un capo del ejército, un samurai o un masai".
El viaje al pasado y al presente en esta obra es continuo, como Adriano transita por sus memorias.

El emperador Adriano, 'laureado' en el Festival de Mérida