15 Mayo 2020, 18:42
Actualizado 14 Enero 2021, 03:52

Los ayuntamientos de la comarca pacense de Olivenza han decidido no abrir las instalaciones de sus piscinas durante la temporada de baño 2020 debido a la situación generada por el coronavirus.

Según ha informado en un comunicado la Mancomunidad de la Comarca de Olivenza, se podrán adaptar en cada caso estas instalaciones a otros tipos de actividades que se considere adecuado volver a potenciar, como cursos, escuelas o talleres, en consonancia con las fases de desescalada y con un número de asistentes muy reducido y controlado.

Ha recordado que los expertos en salud pública establecieron este jueves un protocolo de normas de uso de las instalaciones de piscinas donde se determinan las acciones a realizar por los ayuntamientos, que establece una serie de medidas que “imprimen demasiadas dificultades para una apertura segura”.

El problema básico “no tiene que ver con el agua”, ha precisado esta entidad comarcal, pues los desinfectantes normales que se aplican bastan para eliminar el coronavirus, sino en la necesidad de que los usuarios mantengan la distancia de seguridad y en los controles de higiene, limpieza y de aforo, “muy limitados” tanto en vaso de agua como en el resto de instalaciones.

Para todos los responsables públicos de la comarca “lo verdaderamente prioritario” es proteger, en la medida de lo posible, la salud de los vecinos de sus localidades, y por tanto consideran que no pueden abrir sus instalaciones al gran público con las suficientes garantías para impedir contagios.

Una decisión tomada teniendo en cuando además los desplazamientos masivos de personas de otras regiones a los pueblos para disfrutar del verano.
 

Sin fiestas populares

Por otra parte, la Mancomunidad de la Comarca de Olivenza ha indicado que desarrollar las fiestas populares como hasta ahora es “imposible” para los responsables municipales.

No obstante, y conscientes de la importancia que tienen estas actividades para los municipios, ha anunciado que pretenden aumentar la actividad cultural en formato reducido y utilizando al máximo los recursos públicos al aire libre, para dar así “un respiro tanto a los pequeños negocios como a la población, que mira con temor un verano sin ocio”.