23 Febrero 2023, 11:42
Actualizado 23 Febrero 2023, 11:42

 

La vida de la diputada, de raíces extremeñas, Rafaela Romero estuvo marcada por la violencia machista que su padre ejerció sobre su madre. Una vida que ahora se recoge en sus memorias, tituladas 'Hasta que me mates', escrita por Ana Erostabe. Un libro que se presentará este viernes en Mérida. 

Abogada y política del Partido Socialista de Euskadi, Rafaela Romero es, actualmente, diputada de Movilidad y Ordenación del Territorio de Gipuzkoa. En el libro, Rafaela cuenta cómo fue su vida marcada por la violencia machista, física, sexual y emocional que ejerció su padre contra su madre. Unas vivencias de las que, se recupera "sanando, resistiendo y sobreviviendo" porque, asegura, "es la tónica de muchas mujeres que sufren violencia".

Un camino, el de relatar lo vivido en su casa, que, en ocasiones, no ha contado con el respaldo, incluso, de algunos compañeros de política. Me dijeron "¿cómo te vas a meter en esto con el reconocimiento que tienes? y entonces, dije, lo tengo que escribir porque si él, mi amigo, que me quiere, no se ha dado cuenta de que no tiene solución y no hay muchas voluntades".

El libro es todo un homenaje a su madre, Antonia, pero también a todas aquellas víctimas que sufren la lacra social de la violencia machista en sus hogares.

Con dos años, Rafaela, junto a su familia, emigró de Extremadura, de Quintana de la Serena, al País Vasco. Un hecho que provocó el aislamiento social de su madre, lejos de su familia, y que propició que se agravase el maltrato infringido por su padre frente a ella. Un aislamiento que Rafaela compara al que, años después, ya metida en política, sufrió junto a su marido, Jesús Eguiguren, por culpa de la violencia de ETA. Durante once tuvieron que vivir con escolta.

El título del libro 'Hasta que me mates', surge de una frase que ella misma dijo a su padre en uno de sus enfrentamientos para evitar que hiciese daño a su madre. Es una reflexión, además, hacia todos aquellos familiares, vecinos, amigos que no llegaron a tiempo para evitar que un maltratador matase a su víctima. 

Rafaela Romero considera fundamental evitar que, desde diversos colectivos o medios públicos se siga minusvalorando la violencia contra las mujeres. "Esto, con ETA no hubiese pasado. A ETA se le ganó cuando la Justicia no solo actuó contra quien ejercía la violencia, sino también contra quienes la apoyaban".

Asegura que el mayor dolor del que ha aprendido es del de vivir de cerca el miedo a la violencia machista. "Creo que a mí ETA me hizo daño, me despreció, me sentí excluida, pero no les tuve miedo, a mi padre sí", relata