16 Abril 2022, 10:03
Actualizado 16 Abril 2022, 14:33

En Cáceres, el Viernes Santo arrancaba con una de las procesiones de mayor arraigo, la del Nazareno o de la Madrugada que ha recorrido Los Adarves cargando sus 8 pasos. Entre ellas, dos imágenes emblemáticas de la ciudad, "el Cristo de las Indulgencias, un cristo gótico que es una de las imágenes cuatro más antiguas de Cáceres y sobre todo, Jesús Nazareno, señor de Cáceres, una imagen tallada por Tomás de la Huerta en 1609 que estremece al salir a las cinco de la mañana con ese toque de silencio", detalla Santos Benítez, presidente de la Unión de Cofradías.
 
También durante cuatro horas y hasta las tres de esta tarde procesionó la Virgen de Gracia y de la Esperanza, que coincide en el tiempo y parte del recorrido con el Cristo de los Estudiantes. Ya a partir de las ocho de la tarde inició su desfile procesional la Cofradía del Santo Entierro.

En Badajoz se vivió uno de los momentos más especiales de esta Semana Santa: a las cinco de la tarde comenzó la Procesión Magna. Se celebra cada cinco años, con doce pasos en la calle y unas 3.000 personas formando parte de los cortejos. A los pasos titulares del Santo Entierro, el Cristo Yacente y la Virgen de las Lágrimas, les precedieron uno de cada hermandad de penitencia de la ciudad. Entre ellos, el Cristo de la Espina, que no pudo procesionar el martes por la lluvia: "Estrena su túnica y sus faldones, y es un espectáculo ver esta catequesis en la calle ver desfilar a todos los pasos de misterio desfilar en orden de pasión", explica Ana Sánchez Barriga, la hermana mayor de su cofradía.

Después, a las once de la noche y de riguroso luto, volvió a salir La Soledad. El momento de mayor incertidumbre llegó tras una levantá a la Virgen de las Lágrimas durante su recorrido por la Plaza de España,; en ese momento, una de las trabajaderas cedió sin ocasionar daños mayores. Parada frente al Ayuntamiento de la capital pacense, otros costaleros decidieron acudir para ayudar al paso a seguir su recorrido.

 

En Mérida el Viernes Santo comenzó con una procesión matutina a cargo de la Cofradía Ferroviaria con dos de sus pasos, el de la Virgen de las Angustias y Nuestra Señora de la Esperanza. A las seis de la tarde, desde la Ermita del Calvario, procesionaron dos pasos, el Santísimo Cristo del Calvario Yacente y la Santísima Virgen de los Dolores. La Dolorosa se recogió en la Concatedral de Santa María para volver a salir a las once de la noche, sin palio y acompañada solo por mujeres con velas tras la muerte de su hijo. 

Y ya en la madrugada, a partir de la una y media, la gran cita de la Semana Santa emeritense: el Via Crucis en el Anfiteatro. Un espectáculo de fe único en España.


En Plasencia, a las nueve de la noche salía de Santo Domingo la Cofradía del Santísimo Cristo del Crucifijo y el Descendimiento de la Cruz. Una cofradía que nació  en el siglo XIV y se reactivó en 1925. Tiene varios pasos titulares: el Cristo de la Agonía, conocido como el Cristo de Los Serrano, que salió a hombros de 24 hermanos de carga. El Descendimiento de la Cruz, que pesa más de 1.000 kilos, y Nuestra Señora de las Angustias. El recorrido partió del templo cofrade de San Vicente Ferrer, hasta la Catedral por San Nicolás, Plaza Mayor y vuelta a Santo Domingo.

Jerez de los Caballeros vivió anoche uno de los días grandes de su Fiesta de Interés Turístico Nacional. Desde las 6:45 de la mañana procesionaban las cuatro tallas de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, formadas por el Nazareno, San Juan, María Magdalena y la Virgen de la Encarnación, con el Santo Encuentro en la Plaza de España.

Ya por la tarde, representaban la muerte y pasión de Cristo las tallas de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Descendimiento, la Virgen de la Encarnación, la Muerte Pelá y, por supuesto, el Santo Entierro.

En Trujillo, donde la Semana Santa es Fiesta de Interés Turístico Regional, el Viernes Santo procesionaron el Santísimo Cristo del Perdón, Nuestra Señora de las Angustias, Nuestra Señora de la Soledad de San Pedro, el Santísimo Cristo Yacente, San Juan Evangelista y Nuestra Señora de la Soledad. El momento cumbre, el hermoso encuentro de la Virgen de la Soledad con el Santo Entierro en plena Plaza Mayor.