1 Julio 2020, 18:03
Actualizado 2 Julio 2020, 07:53

Desde hace unos años estamos escuchando con más frecuencia las palabras “especies invasoras” en Extremadura. Tal vez la que más se usa por magnitud e impacto visual es el camalote, el jacinto de agua en el Guadiana. Pero lo cierto es que existe otra invasora de aguas que con el aumento de temperatura cada año es más normal verla, principalmente en el Tajo, el río Almonte y en pequeñas charcas: la Azolla.

En la segunda mitad de esta pasada primavera conocíamos un episodio destacable de reproducción de este helecho de agua en el río Tajo. Es un fenómeno que viene produciéndose todos los años, pero cada vez con más intensidad. La explosión de este año ha coincidido con el período de confinamiento social que ha tenido lugar, pero a pesar de ello se han visto imágenes llamativas del evento en lugares extremeños tan característicos como el Tajo a su paso por Monfragüe. 

@melladodiaz
Río Tajo a su paso por Monfragüe (imagen en redes sociales de @melladodiaz)

Se estima que desde el año 1982 está datada su presencia en los ríos extremeños. Se conoce como Azolla, pero también podemos hablar de ella haciendo referencia al helecho de agua o helecho mosquito. Esta planta nativa de regiones templadas de América es muy usada en pequeños estanques de agua o peceras de modo ornamental. Su aspecto atractivo, esponjoso, acolchado y la capacidad que tiene para flotar sobre el agua, hacen que se introduzca sin conocer realmente sus consecuencias. 

El nombre de helecho mosquito puede ser debido a que es tal la alfombra impenetrable que forma sobre el agua, que los mosquitos no pueden depositar sus huevos en el agua y así reproducirse

A medida que la primavera avanza y se acerca el verano, con el aumento de las temperaturas diurnas y el calentamiento del agua de nuestros ecosistemas, la Azolla filiculoides se reproduce de manera vertiginosa con pequeños ejemplares de tamaño entre los 2 y 10 centímetros. En ocasiones se ha comprobado que ha duplicado su biomasa solamente en 3 días. Y cuando alcanza el efecto tapiz sobre la lámina de agua detiene su reproducción.
 

Azolla roja
Tapiz de Azolla (Fundación Naturaleza y hombre)

Efectos adversos de la azolla en los ecosistemas acuáticos

Carlos Sánchez, presidente de Fundación Naturaleza y Hombre, aseguraba en el año 2017 que “la azolla es un problema ambiental de primera magnitud”. Diferentes científicos y el mismo Sánchez aclararon en su momento que se trata de un helecho acuático que tiene la característica de reproducirse muy rápidamente y colonizar las lagunas, tapándolas, impidiendo que los rayos de luz entren y, además, les aporta muchísima materia orgánica, lo que les provoca una falta de oxígeno enorme, por lo que anfibios, peces y otras especies vegetales desaparecen”.

"Se trata de un helecho acuático que tiene la característica de reproducirse muy rápidamente y colonizar las lagunas"

A medida que se extiende el aspecto que tiene es de color verdoso, aunque después puede tornarse a marrón o rojizo debido al exceso de nutrientes o exceso de insolación.

Una invasora que podría servir de abono

Esta planta es una especie invasora en nuestras ecosistemas que hace mucho daño en el medio natural, pero se usa como abono ecológico en algunos lugares del mundo en cultivos como el arroz. Esto no implica que su uso esté permitido para tal fin en nuestro país, pero este uso nos trae a la mente que Extremadura es la segunda región española productora de arroz, por detrás de Andalucía. 

Arrozal en Asia
Arrozales del sureste asiático

El arroz es un cultivo de inundación, y uno de los grandes quebraderos de cabeza para los agricultores es el crecimiento de malas hierbas. Para evitar éstas, o eliminarlas, normalmente se usan productos muy contaminantes que tienen su destino en ríos o acuíferos. En países de Asia se está introduciendo la azolla en los campos de inundación meses antes de la siembra del cereal.

De este modo cuando el cereal crece ya existe una lámina del helecho que impide pasar la luz y por lo tanto el crecimiento de otras plantas. Cuando el helecho se seca, finalmente muere y ha hecho también su labor de aporte de nitrógeno a los cultivos. De esta manera se evita el uso de abonos industriales.