5 Diciembre 2021, 13:14
Actualizado 5 Diciembre 2021, 15:15

El Club de Fútbol Villanovense ha hecho público un comunicado después de conocerse la sentencia firme que condena al exjugador Daniel Muñoz por abuso sexual a un año de prisión; y a  Álvaro González y José Antonio Espín, actuales jugadores, a seis meses de prisión como autores de un delito contra la integridad moral

En dicho comunicado el club serón "muestra una total y absoluta repulsa por actos que denoten, o simplemente vislumbren, cualquier tipo de violencia, física o no, ejercida contra cualquier persona, y lamenta profundamente lo ocurrido".

 

Añade que el club se desvincula de los hechos, que ocurrieron en 2018, "cuando la temporada 17/18 había finalizado y ya no existía relación laboral entre los trabajadores implicados y el club". También muestra su "más absoluto respeto a las resoluciones judiciales acordadas en este asunto, que han sido legalmente adoptadas conforme al actual ordenamiento jurídico".

El Villanovense no explica qué ocurrirá con los dos jugadores condenados que actualmente militan en el club, José Antonio Espín y Álvaro González, condenados a penas de seis meses de prisión cada uno por un delito contra la integridad moral, y manifiesta su compromiso de informar sobre cualquier decisión que se tome.

Al mismo tiempo, añade, se reserva el derecho "a ejercitar cuantas acciones legales estime pertinentes, sean civiles o penales, contra cualquier particular, entidad o medio de comunicación que menoscabe la tan merecida reputación del club ganada a lo largo de su historia siendo un referente de gestión a nivel nacional".

Hechos probados en la sentencia

Los hechos probados en la sentencia a la que accedió Canal Extremadura relatan que en la madrugada del 15 de mayo de 2018 los tres futbolistas acudieron a un local de ocio de Villanueva de la Serena, que la víctima, una camarera, sufrió tocamientos en sus glúteos sin su consentimiento. Además, los jugadores efectuaron numerosos actos vandálicos dentro del local e intentaron denigrar y menospreciar a la víctima frente al resto de sus compañeros.

Según la sentencia, Álvaro González se bajó los pantalones y calzoncillos mientras hablaba con la víctima. El texto también relata que se dirigió continuamente a ella pidiéndole en numerosas ocasiones mantener relaciones sexuales con él mientras era observado por el resto de compañeros. Además, se subió a una mesa del establecimiento, defecó en un plato de aperitivos y orinó en el suelo del local.

Por su parte, José Antonio Espín también se bajó los pantalones quedándose en ropa interior delante de la víctima y le dijo que se los subiese ella. Incluso, cuando ella estaba agachada recogiendo algo del suelo, se puso detrás haciendo gestos sexuales.

Y por último, Daniel Muñoz, le tocó los glúteos a la víctima sin su consentimiento, mientras ella estaba distraída hablando con otra persona.

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Extremadura Noticias, todos estos hechos causaron en la víctima una situación de ansiedad, por la que tuvo que ser asistida por un psicólogo.

Condenados a prisión y a indemnizarla con 17.500 euros

Por todo ello, la magistrada del Juzgado de lo Penal Nº1 de Don Benito ha condenado a Daniel Muñoz a un año de prisión como autor de un delito de abusos sexuales, y a Álvaro González y José Antonio Espín a seis meses de prisión como autores de un delito contra la integridad moral.

Ninguno de ellos entrará en prisión al acordarse la suspensión de la pena privativa de libertad durante un periodo de dos años, condicionada a que durante ese mismo periodo no cometan delito alguno o se revocará la suspensión.

Además, no podrán acercarse a la víctima en una distancia inferior a 200 metros y se les prohíbe comunicarse con ella durante un año. También deberán indemnizarla con 17.500 euros por el daño moral sufrido.

La sentencia es firme al haber sido notificada a las partes, manifestando su voluntad de no recurrirla.

 

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Condenados a prisión dos jugadores y un exjugador del Villanovense por abuso sexual y por delito contra la integridad moral