Las aves que se utilizan en la modalidad de altanería, son cualquiera de las especies y subespecies de halcones, así como sus híbridos, siempre que se encuentren adiestrados en el vuelo por altanería.

Para cumplir con todas estas normativas y aspectos establecidos en la competición de cetrería, es fundamental disponer de un terreno llano, abierto, y sumamente extenso, de manera que permita la perfecta visión, tanto por parte de los jueces como del público de los lances que sobre él se desarrollen. Esta prueba también está condicionada con la meteorología y otros aspectos menores buscando siempre la seguridad para las aves. 

La puntuación del ave es valorada teniendo en cuenta los siguientes criterios; Ascensión de vuelo, altura, posición, picado, captura, valoración técnica global, bonificaciones, penalizaciones y descalificaciones.

El buen hacer de los integrantes de una rehala resulta vital para el éxito de una montería. El trabajo de los rehaleros junto con sus perros no puede ser obviado. 

Los canes se encargan de levantar de los encames a los jabalíes y perseguirlos, delatando su rastro con sus ladras, mientras que el cazador permanece en tensión, escuchando los ladridos, siendo música para los oídos de cualquier montero.

La rehala es parte esencial de la montería española que solo se puede entender desde la pasión por los perros y la caza. 

Cita informativa con la actualidad extremeña más destacada. 

Con Silvia Solano en la edición 1, Luz Carmen Herrera y Manu Pérez en la edición 2, y Alba Lancha los fines de semana.

Con Roberto, un arqueólogo orgulloso de su municipio, Casas de Don Pedro y conocedor de los vestigios del mismo, visitamos unos grabados prehistóricos. y, como colofón, un búnker de la Guerra Civil en óptimo estado de conservación. 

Hacemos la ruta del azud del Arroyo Hondo, un sendero que transcurre a través de este curso fluvial, y que nos conduce hasta la Laguna de los Patos. En ese camino, repasamos el legado de nuestros antepasados, visitando el canal de las Dehesas y un molino ya derruido.

Abandonamos Torrequemada y visitamos el paraje de los Molinos, en Torremocha, donde vemos el embalse del Gallo y molinos harineros que hablan de la industria típica de la zona; y para acabar nos trasladamos hasta el origen de esta última localidad, en la iglesia de Torre Alba

Comenzamos con una ruta por las Torres, trazando una línea recta desde Torrequemada hasta Torremocha. Primero, visitamos las Corralás, antiguas cochiqueras comunales hechas de piedra, en la Dehesa Boyal del primer municipio. Conocemos cómo vivían los vecinos del pueblo el engorde del cerdo antes de realizar las matanzas familiares. Acto seguido, caminamos hasta la ermita del Salor, con un valor arquitectónico muy importante.