Los vecinos de Nuñomoral y El Cerezal conocen a Argimiro por algo muy especial, tiene un caballo y un jinete del apocalipsis. Argimiro tiene 55 años, es natural de El Cerezal y comenzó toda esta historia tras domar un caballo a su hermano. Tras conseguirlo, apostó que si domaba un segundo caballo le haría un muñeco en forma de jinete y lo pasearía por el pueblo. La apuesta se cumplió y ahora el jinete del apocalipsis de Argimiro es muy conocido en la zona, la gente se lo encuentra por la calle y se que queda asombrado. El jinete está hecho de paja, lleva puesta ropa militar y una peluca rubia. ¡Imagínate el susto de encontrártelo por la noche en la mitad de tu calle!

La única raza de burro en Extremadura es la asnal andaluza. Apenas quedan 400 ejemplares en toda España por lo que se consideran en peligro de extinción. Desde el CENSYRA trabajan con ellos para conservarlos y reproducirlos evitando su desaparición. Tienen machos y hembras con los que poder cruzarlos, pero también, en el laboratorio, analizan el esperma para saber cuáles de ellos son mejores para potenciar y fortalecer la especie.

Juan es de La Roca de la Sierra, tiene 69 años y es cartero jubilado. Durante 38 ha trabajado como cartero en su pueblo, La Roca de la Sierra, en una época en la que la gente mandaba muchas cartas a familiares que estaban fuera, a novios, a amistades, postales para felicitar la Navidad, ¡incluso paquetes de chacina! Con el tiempo, los carteros entregaban recibos de la luz y del banco y él también los ha entregado, incluso ha llegado a usar la PDA. Y ahora, ya jubilado, es cartero real en Navidad recogiendo las cartas de los niños. Pero su legado sigue vivo: su hijo continúa su oficio en la capital extremeña.

Fernando Campos es de Moraleja y lleva unos 30 años haciendo arte con lo que consideramos basura. Le llama Artefanopia, convierte los objetos inservibles en obras de arte. Dice que le “apasiona el color y andar con cacharros”. Fernando empezó a hacer estas cosas porque: “mi hermano pinta muy bien y al verlo a él me empezó a gustar la pintura. La primera vez que pinté fue metiendo las manos y los pies en pintura y poniéndolos en una cartulina que después enmarqué". Reconoce ser una persona muy inquieta que le gusta mostrar el valor de las cosas y otra manera de usarlas.