28 Marzo 2023, 10:17
Actualizado 28 Marzo 2023, 14:26

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) denuncia que las víctimas de violencia de género de la ciudad de Badajoz "se enfrentan a una situación de posible desprotección por la sobrecarga de trabajo de los cinco efectivos que componen la Unidad de Familia y Atención a la Mujer" en la capital pacense.

Desde el SUP se asegura que la protección a las víctimas de violencia de género es actualmente una “bomba de relojería” en Badajoz, debido a las últimas decisiones de la Jefatura de la Policía Nacional en Extremadura y la Jefatura Regional Operativa, que "desde hace un año trasladó a estos policías que, además de su labor habitual, tenían que hacerse cargo de otras tareas extraordinarias".

Cada uno de estos cinco policías de la UFAM en Badajoz hace el seguimiento de una media de 60 mujeres reconocidas como víctimas de violencia de género. Se trata de un seguimiento continuo, con un teléfono operativo los 365 días del año las 24 horas. El sindicato señala que "debido a su profesionalidad y por exclusividad de su trabajo, los agentes no dejan de atender al teléfono ni en vacaciones, ni en festivos, ni en días libres".

Sin embargo, añade, la decisión de la Jefatura de sobrecargar su trabajo con otras tareas no relacionadas con este cometido "ha comprometido notablemente su capacidad de poder hacer el seguimiento a las víctimas de manera correcta y se enfrentan a escenarios en los que los policías se encuentran ante la imposibilidad de hacer varias actuaciones de distinto tipo simultáneamente".

El SUP ha reclamado a la Jefatura que reconsidere estas decisiones y ha trasladado también a la Delegación del Gobierno en Extremadura esta problemática "con la esperanza de que se adopten las medidas necesarias para terminar con esta preocupante situación que, afortunadamente, aún no ha supuesto ningún incidente grave, pero que podría ocurrir cualquier día".

En Badajoz hay alrededor de 300 mujeres víctimas de violencia de género que reciben la protección de estos cinco policías con un seguimiento en el que "los propios agentes llaman periódicamente a estas mujeres para ver si han tenido algún problema o reciben sus llamadas ante cualquier situación de temor o incumplimiento de las medidas de alejamiento o protección establecidas por los Juzgados".