21 Diciembre 2021, 11:07
Actualizado 21 Diciembre 2021, 11:07

El suicidio de Verónica Forqué la semana pasada ha puesto el foco en un problema que era tabú hasta ahora, pero que existe y de cuya solución somos todos responsables. Hablar de suicidio para entenderlo y evitarlo, porque quien piensa en suicidarse lo hace porque no encuentra otra forma para deshacerse de su dolor. 

El suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte no natural en nuestro país, en 2020. El año pasado se quitaron la vida 3.941 personas en España, 92 de ellas en Extremadura (79 hombres y 13 mujeres).

Explica la psiquiatra Virginia Gajardo que las mujeres tienen más intentos de suicidios, pero los hombres que lo intentan lo consiguen en mayor proporción. Uno de los factores del mayor número de suicidio en los hombres, asegura, es que no expresan tanto sus sentimientos como las mujeres. 

Existen múltiples causas que pueden llevar a esa situación extrema, pero en todo momento es fundamental cómo abordamos un factor esencial, el trauma; y eso lo aprendemos los primeros meses y años de vida. Por eso, es algo que se trabaja con las personas que tienen tendencia a autolesionarse.

El pensamiento de "estoy solo con mi experiencia, nadie puede hacer nada por mí", induce a acciones dañinas para uno mismo.

Según la psicóloga Cynthia Santa Cruz el componente del trauma va unido al acompañamiento que tenemos o a la falta del mismo, ante situaciones extremas. Aprender o no a gestionar esas dificultades va de la mano del suicidio. Poder hablar de las situaciones dramáticas que se viven, ponerles palabras y reconocerlas, es fundamental en el camino. El pensamiento de "estoy solo con mi experiencia, nadie puede hacer nada por mí", induce a acciones dañinas para uno mismo. 

Por eso, el sostenimiento de las familias es tan importante, y cuando falla esta referencia, los educadores y maestros son otra oportunidad para que los menores tengan una referencia válida, que puede evitar comportamientos extremos. Por tanto, afirman los expertos, es esencial por un lado crear una red de apoyo a las familias y, por otro, que los educadores estén preparados para detectar problemas en los menores.

"Porque nadie se quiere suicidar cuando tiene una vida plena y en conexión", afirma Cynthia Santa Cruz, "encontrando esa conexión, el suicidio se puede evitar".

Y siempre pensar que el dolor se puede superar y que existen profesionales que nos pueden acompañar para conseguir una vida mejor.
 

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