15 Agosto 2022, 14:50
Actualizado 15 Agosto 2022, 14:50

Más de 60 localidades están hoy de celebración. En muchos casos, esas fiestas son patronales, pero tampoco faltan las fiestas del emigrante en honor a quienes tuvieron que emigrar pero siempre regresan para pasar estos días en sus pueblos con la familia. 

Como Pepi. Lleva 48 años viviendo en Barcelona, pero sigue fiel a su reencuentro anual con su localidad natal: Malpartida de Cáceres. "Yo no olvido mis raíces; se dónde nací, de dónde soy y, aunque mis padres fallecieron, mantengo mis amistades -nos cuenta-. Me encuentro muy bien aquí, es donde recargo las pilas".

Pepi regresa año tras año a su casa del pueblo para pasar parte del verano
Pepi regresa año tras año a su casa del pueblo para pasar parte del verano

Pepi es emigrante de primera generación. Pero también los hijos de emigrantes que no nacieron en Extremadura se sienten muy vinculados a nuestra tierra. Jordi también reside en Cataluña, donde nació, aunque con tres semanas de vida ya pisó por primera vez el que considera su pueblo: Táliga. Y casi no le salen las palabras para expresar la emoción que siente en cada regreso: "Me gusta la gente, el aire que se respira, es todo... es algo que siento aquí dentro que no sé cómo explicar".

 

Jordi, paseando por Táliga junto a su familia
Jordi, paseando por Táliga junto a su familia

Una pasión que ha transmitido a su mujer Mónica, y a su hija Ana. "Juntas la felicidad y los valores que aprenden los niños y la tranquilidad y la diversión nuestra, y es fantástico", explica Mónica; "Jugamos en la mitad del pueblo, del puente para arriba, y me lo paso supermegabien aquí", añade Ana.

Da igual el tiempo que haya pasado. Generación tras generación, la magia de los pueblos extremeños sigue envolviendo a miles de emigrantes.