El Monasterio de Guadalupe ha acogido este lunes los actos religiosos del Día de Extremadura, coincidiendo con la festividad de la patrona de la comunidad, Nuestra Señora de Guadalupe. La misa pontifical, presidida por el obispo de Coria-Cáceres, Jesús Pulido, ha estado marcada por un mensaje de esperanza dirigido especialmente a los afectados por los incendios que este verano han golpeado distintos puntos de la región.
“Es duro perder bienes, tierras, recuerdos, pero si tenemos hermanos, no estamos solos. Nos cuidamos unos a otros”, ha expresado Pulido durante la homilía, destacando que “la solidaridad ha sido más fuerte que el fuego”. El prelado ha recordado que la esperanza se demuestra en “gestos concretos: compartir lo poco que se tiene, estar al lado de quien sufre y no dejar a nadie solo”.
Conflictos internacionales
En su mensaje, el obispo también se ha referido a conflictos internacionales como la guerra de Ucrania o la situación en Tierra Santa, que calificó de “inhumanas” y de amenaza para la convivencia mundial. “Acabarán las guerras, Dios quiera que pronto, pero no será fácil borrar los odios y las heridas que dejan”, ha advertido.
A la celebración han asistido las principales autoridades regionales, entre ellas la presidenta de la Junta, María Guardiola; la presidenta de la Asamblea, Blanca Martín; la del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, María Félix Tena; así como los presidentes de las diputaciones de Cáceres y Badajoz, Miguel Ángel Morales y Raquel del Puerto.