3 Febrero 2022, 12:09
Actualizado 3 Febrero 2022, 19:46

El sector vitivinícola está preocupado porque el Parlamento Europeo votará si considera el vino perjudicial para la salud. En concreto se plantea incluir en las botellas una etiqueta, parecida a la que tienen las cajetillas de tabaco, advirtiendo sobre los posibles riesgos cancerígenos de su consumo. 

Una iniciativa que parte de un informe del Comité Especial para Derrotar al Cáncer (BECA) para combatir esta enfermedad que se basa a su vez en un estudio publicado en la revista científica The Lancet en 2018.  Entre sus conclusiones, aseguran que el vino, junto al resto de bebidas alcohólicas, "es un factor de riesgo" para numerosos tipos de cáncer y se puntualiza que "en lo que se refiere a la prevención del cáncer no hay ningún nivel seguro de consumo alcohólico".

Para evitar ese riesgo, recomiendan "incluir avisos sanitarios en el etiquetado" y "considerar un incremento de impuestos para las bebidas alcohólicas". La votación está prevista para este mes. Aunque la votación parlamentaria no tendría fuerza ejecutiva, podría servir de inspiración para futuras regulaciones de la Comisión Europea.

Un estudio y una iniciativa cuestionadas desde la Asociación de Industrias Vitivinícolas Europeas, entre ellas la extremeña. Antonio Medina, presidente de ASEVEX, pone un ejemplo: "No conozco a ningún médico que quite el vino, sino todo lo contrario: moderación y un par de copitas porque es un alimento importante para el ser humano y forma parte de nuestra dieta".

Por un lado, reclaman que no se dé el mismo tratamiento a los distintos tipos de alcohol: no es lo mísmo el vodka que el vino. Y, por otro, recuerdan, es uno de los pilares de la saludable dieta mediterránea: "El vino es un alimento reconocido por ley y se está tomando en el mundo desde hace 5.000 años", insiste Medina.

No descartan acciones legales y denuncian que detrás de esta iniciativa pueden estar grandes multinacionales de otro tipo de bebidas; o que sea una excusa para imponerles un impuesto, al equipararlo a otros productos como el tabaco. Una comparación que califican de "burrada". Para solventarlo, piden poder reunirse con las autoridades de Bruselas antes de que se produzca cualquier medida dañiña para el sector.