2020 está siendo un año especialmente difícil para las víctimas de la violencia machista y de género. La pandemia ha hecho su infierno más duro, obligadas por la situación, a estar más tiempo con sus maltratadores. Durante el estado de alarma aumentaron las llamadas al 016, de 94 a 124. Bajaron cuando se levantó el confinamiento y han vuelto a subir al inicio de la segunda ola.
En los meses en los que no pudimos salir de casa, se denunció menos: de marzo a junio 520 denuncias, lo que supone casi un 18 por ciento menos que en el mismo período del año anterior. Durante el estado de alarma también hubo menos órdenes de alejamiento: casi un 40 por ciento menos respecto al mismo período del año anterior.
De todo ello son conscientes en el Instituto de la Mujer de Extremadura. Estela Contreras, su directora, asegura que desde la Junta de Extremadura ponen a disposición todos los mecanismos posibles para ayudar a víctimas de violencia de género. Sin embargo, está siendo un año muy dramático y quedan muchos retos para superar esta lacra. Por lo tanto, añade, todos los días son 25 de noviembre.
