8 Septiembre 2025, 13:28
Actualizado 8 Septiembre 2025, 14:36

Guadalupe se convierte este 8 de septiembre en el epicentro de las celebraciones del Día de Extremadura. La pequeña localidad cacereña, con apenas 1.752 habitantes, acoge a miles de visitantes que llegan atraídos por su historia, su patrimonio, su fe y también su gastronomía.

La Plaza de Santa María, corazón de la Puebla, se encuentra abarrotada de turistas y vecinos. Frente al imponente Monasterio de Guadalupe, declarado Patrimonio de la Humanidad, se revive una tradición que hunde sus raíces en el siglo XIII. Este enclave ha sido testigo de acontecimientos decisivos: aquí los Reyes Católicos recibieron a Cristóbal Colón antes de partir hacia América y fue también el lugar donde el almirante presentó, a su regreso, a los dos primeros nativos llevados a Europa. Esa huella histórica se percibe especialmente en un día tan señalado para Extremadura.

Fe, turismo, gastronomía...

A la devoción religiosa se une el atractivo turístico y gastronómico. Los restaurantes y terrazas están completos desde primera hora y la demanda de productos típicos no cesa. Las morcillas de Guadalupe, dulces o picantes y recién hechas, se convierten en protagonistas, con clientes que se las llevan incluso “a pares”. Junto a ellas, la oferta se completa con vinos de la tierra y cervezas artesanas que refuerzan la identidad local.

Morcillas de Guadalupe

El turismo es la principal industria de la localidad, que cuenta con unas 700 camas hoteleras y recibe cada año a miles de visitantes en busca de patrimonio, aire puro y tranquilidad. Eso sí, conviene reservar con antelación si se quiere disfrutar de su cocina más allá de la morcilla.

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