28 Noviembre 2021, 13:13
Actualizado 30 Noviembre 2021, 14:11

La violencia obstétrica es un término que engloba todas aquellas prácticas, procedimientos o protocolos que pueden causar molestia en madres que acaban de dar a luz. 

Lo que pretende este término es procurar que todas las madres reciban el mejor de los tratos, y la máxima información, en un momento crítico en su vida como es el nacimiento de su bebé. Las mujeres que han sufrido violencia obstétrica son más conscientes de lo que han vivido y eso les ayuda a entender cómo se sienten y el porqué. Es el caso de Tamara. Ella nos cuenta que en el momento de su parto, este "no fue ni respetado ni informado".

Este tipo de violencia está reconocida por la propia Organización Mundial de la Salud, quien la considera como aquella que sufren las mujeres durante el embarazo o el parto al recibir un maltrato físico, humillación y abuso verbal, o procedimientos médicos coercitivos o no consentidos. Algo que tanto Tamara, como María, otra madre a la que hemos entrevistado, reconocen haber vivido en su piel. "Una de las primeras cosas que me hicieron fue la maniobra de Hamilton cuando dije que no lo hicieran y si era así que me lo hubiesen dicho", nos cuenta María. "Me había sentido anulada, infantilizada", relata Tamara.

 

Un término que causa molestia entre los profesionales

El término de violencia obstétrica molesta entre algunos profesionales sanitarios. Aseguran que puede generalizar a todos los profesionales en el uso de prácticas que pueden incomodar a la mujer en este momento tan sumamente importante en sus vidas. Así lo considera Martina Caminero, ginecóloga. "No se debe criminalizar por algo puntual y criminalizar a todo un colectivo que, sobre todo, está formado por mujeres", nos cuenta. 

Lo cierto es que el hecho de que exista este tipo de violencia, no significa que sean comportamientos generalizados. En los hospitales, de manera habitual, se guían por la Estrategia de Atención al Parto Normal. En el San Pedro de Alcántara de Cáceres, por ejemplo, revisan protocolos para mejorar la atención y la autonomía de la mujer que va a parir. "El arma de que la mujer tenga autonomía es informarla y que entienda a lo que viene y lo normal es informar antes de explorar a la mujer, eso es lo normal", asegura la ginecóloga Martina.

También hemos escuchado a las matronas. Concha Calle nos detalla que "el parto no lo hago yo, es de la mujer, yo lo que hago es acompañar, en eso he cambiado". Porque el objetivo de profesionales y mujeres es el mismo, el bienestar de las madres y sus bebés. Coincide en ello la ginecóloga Miriam Al Adib que, añade, "debemos escuchar a las mujeres que dicen que han sufrido violencia obstétrica para mejorar, el hecho de hablar de este tema es bueno para mejorar".

Mejorar para evitar situaciones traumáticas en mujeres que se enfrentan a un momento trascendental en sus vidas y que puedan hacerlo sintiéndose tranquilas y seguras durante todo el proceso.